miércoles, 6 de febrero de 2013

Una bandera en la luna



Cuando la presidenta entregó su diploma al trabajador graduado numero 400 mil, el Teatro fue una sola emoción puesta de pie.
Igual cuando anunció que el 98,7 por ciento de los niños de 5 a 13 años concurre a la escuela.
Ocurrió ayer cuando Cristina y el  ministro Sileoni presentaron el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016 en el marco de un encuentro federal de educadores de todo el país.
El Plan establece que de aquí al 2016 todos los niños y niñas de 4 años estarán incorporados al sistema educativo, con la construcción de 700 nuevos jardines maternales.
Los docentes afirmaron que estas líneas de acción apuntan a nuevos desafíos para la mejora de la educación en la Argentina, poniendo el acento en prioridades como la igualdad, la inclusión y el trabajo por los sectores más vulnerables de la sociedad.
La educación parece ser, en tiempos del kirchnerismo, un valor que se puede pesar, medir, abrazar, cotejar con otros tiempos no tan lejanos.
Más de dos millones de netbooks distribuidas en todo el país; 1.800 escuelas construidas; el mayor presupuesto educativo en la historia; la dignificación y jerarquización del trabajo docente; la creación del Canal Encuentro y de Paka-Paka, así lo demuestran.  
Cristina desarrolló los fundamentos de esta prioridad del gobierno nacional en todos estos años, manifestando con los logros de su gestión que la educación es la médula de esta nación soberana, inclusiva, integrada y  solidaria.
“La educación debe ser nacional, popular y profundamente federal”, subrayó Cristina.
La herramienta primordial de un proyecto de país para que los cambios que se producen en la realidad, a través de las políticas socio-económicas, conjuguen un manojo de nuevos valores que garanticen el país del futuro, es la educación.
Y desde esta perspectiva es un derecho en manos del pueblo y no una concesión graciosa de los más fuertes con los más débiles. 
Trabajar para que cuando la patria cumpla sus primeros 200 años de país independiente, el 9 de julio de 2016, todos los chicos puedan gozar del derecho a estar incorporados al sistema educativo, debiera enorgullecer a los argentinos, más allá de banderías políticas  o ideológicas.   
Hay que destacar, además, la labor del canciller Timerman y una comitiva oficial en Londres que están protagonizando una visita histórica a 180 años de la usurpación británica en nuestras Islas Malvinas.
Se reunieron con legisladores y dirigentes políticos y sindicales británicos.  
Vamos a recuperar las Malvinas, como recuperamos la escuela pública.
Aunque para lograrlo haya que volar muy alto.   
Los argentinos somos expertos en izar banderas en la luna.

El Argentino, miércoles 6 de febrero de 2013




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