domingo, 28 de octubre de 2012

Cuando a la historia se le vuelan los pájaros





Estamos cabalgando en mitad del río.
A un año de las elecciones que Cristina ganó con el 54 % y a otro de los próximos comicios, es un “buen momento” diría el relator, para observar cómo se paran los jugadores en la cancha.
De un lado, la derecha conservadora hace ingentes esfuerzos por empezar a juntarse, a saber quiénes son, qué quieren, qué buscan, qué proponen.  
Y en esos dilemas se les va la vida. Y se les va el partido. Porque mientras los opositores sigan  divagando en los camarines, sin atinar siquiera a conformar un equipo, el reloj de la historia seguirá corriendo.
Y las jugadas del kirchnerismo, también.
“Todo es culpa de los Kirchner”, dirán algunos furiosos el día que esa sombra de gente que anda buscando un cuerpo que los represente, exprese en las calles su orfandad cacerolera.   
Recordemos que venimos de un transito pesado y violento con aquella dictadura que dejó su cría civil corporativa en muchas partes.
Esa cría procuró que el país del genocidio nos fuese muy ajeno hasta el 2003.
El poder corporativo se daba el lujo de pontificar y diagnosticar sobre las desgracias que ellos mismos habían provocado en la sociedad. Y fue así que pergeñaron la teoría de los dos demonios.
Si esa teoría ponía graciosamente sus huevos en la sociedad, la vida hoy no sería la misma.
Pero perdieron. No contaban con Néstor ni con Cristina.
La historia de los pueblos es así; se abre paso como puede.
Fue Kirchner, insoportablemente vivo como dicen los pibes, el que puso las cosas en su lugar afirmando que había un solo demonio contra la sociedad democrática: el poder hegemónico de las corporaciones.
Así, el Grupo Clarín era quien mandaba cómo jugar el partido, qué decir y no decir, con qué meterse y con qué no.
“El gran censor de la democracia es Magnetto”, alumbró Néstor.
Luego vino Cristina y no hubo más diques ni candados que impidieran que la palabra corra libre. Se multiplicaron las voces y se tonificó la verdad.
En ese estadio estamos, rumbo al 7D.
¿Pero qué pasa en los camarines que no sale a jugar la oposición más que en su versión mediática?
Moyano, quién te ha visto y quién te ve, cerró acuerdos con la progresía de Michelli y compañía y después intercambió rosas blancas con Macri.
Con el Momo Venegas en el medio. ¿Estará Duhalde, como dicen, por atrás?
Mejor que se apuren porque no hay mucho tiempo, si de calendario democrático se trata.
Es que tanto se habla de cacerolas blindadas, que tendrían que separar prudentemente la paja del trigo.
Es importante ubicarnos en el contexto histórico.    
Como si la historia se moviera en tiempos diferentes, la cronología de los hechos más trascendentes ocurridos en nuestro país desde sus orígenes, nos enseña que recurrentemente hay un delay, un retraso, un hiato de tiempo entre esos grandes sucesos y el devenir histórico.
El 25 de Mayo de 1810 se produce la Revolución, pero sin embargo, no se declara la Independencia. Esta llegaría, recién seis años después, en 1816.
Fuimos independientes, pero el Congreso de Tucumán no aprobó la Constitución Nacional.
Recién en 1853, con la derrota de las fuerzas federales que respondían al Brigadier Juan Manuel de Rosas, el país tendría su Constitución.
La ambición de Urquiza fue el ariete para que la oligarquía portuaria encabezada por Mitre y los intereses del Imperio del Brasil, aplastaran el proyecto de nación soberana. 
Pero tampoco tendríamos plena unidad nacional, con Buenos Aires escindida.
Además, los ciudadanos no ejercían el derecho al sufragio universal, secreto y obligatorio.
La ley Sáenz Peña fue aprobada recién en 1912 y aplicada nacionalmente en 1916.  
El primer gobierno popular y representativo de las mayorías fue, precisamente, el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Pero los derechos sociales y laborales significativos y trascendentes, más la plena inclusión de la mujer en la vida política institucional, se daría recién con el primer y segundo gobierno peronista, de 1946 a 1955, año en que Perón fue derrocado por una dictadura cívico militar, como lo fuera Yrigoyen en 1930. 
Este verdadero delay de la transformación argentina nos ayuda a comprender muchas de las cosas que vienen ocurriendo en el tiempo que nos toca vivir.
Sigamos, ahora que la historia nos demuestra que ninguna lucha fue en vano.
El irigoyenismo, por ejemplo, fue derrotado varias veces en sus dignos intentos revolucionarios antes de asumir la plenitud del gobierno.
Perón fue apresado en Martín García y el peronismo vio la luz el 17 de Octubre. Después sufrió el golpe cívico militar, la militancia dejó la vida en la resistencia y 18 años después, Perón volvió triunfante al país. 
Y ahora viene sucediendo algo parecido con el reloj de la historia, aunque es diferente el sustrato que elabora el pueblo en nuestros días.
El 7D, desde esta mirada, es la culminación de un proceso de libertades que se abrió en el 2003 y más tumultuosamente en el 2008 con el debate abierto en la sociedad durante el largo conflicto con la patronal rural.
Con el conflicto se demarcaron fronteras en el campo de batalla cultural y la  ley de medios de la democracia indicó que en esta etapa, todo está por suceder.
Como si el kirchnerismo tuviera incorporado su propio delay, sin precisar otra instancia para hacer los cambios.
Con Néstor y Cristina nos acostumbramos a vivir en actitud de vísperas.    
Y hete aquí que cuando a la historia se le vuelan los pájaros, se forman dos partidos que confrontan: el partido de la transformación y el partido conservador.
Los que avanzan y los que retroceden.  
Llegar a esta instancia, es mérito del kirchnerismo.
En buena hora que la confrontación se de cómo se debe dar entre Democracia versus Corporaciones.
En buena hora que los conservadores se muestren sin maquillajes a la luz de TN y al lado de Clarín.
En buena hora que se les caigan las máscaras.
Sólo falta que encuentren una cabeza visible, un programa, un equipo que los represente.
El equipo del pueblo, mientras tanto, seguirá jugando con su propio estilo, unidos y organizados, defendiendo su destino colectivo.

Miradas al Sur, domingo 28 de octubre de 2012

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