lunes, 10 de septiembre de 2012

Cuando el silencio no es salud



No faltó nadie a la cita.
Estaban todos los que tenían que estar. Los docentes, los estudiantes, los artistas,  trabajadores de distintos oficios, los funcionarios, los militantes, los periodistas, la gente de a pie que vio luz y entró.
Y el piberío que soltó amarras y anda de fiesta con la vida desde hace un buen rato.
Fue uno de los mayores eventos organizados en la Argentina en lo que va del año.
Profesionales de la salud de varios países de América Latina estuvieron presentes.  
En las carpas y puestos ubicados en la Plaza San Martín de la ciudad de La Plata, reinaba la alegría y la curiosidad creativa.
Una postal del amor venciendo al odio. Eso sí: aquí nadie baja la guardia. Y que nadie pretenda que el pañuelo de Hebe y sus compañeras de lucha no responda a la hora que suenen las campanas convocando a las calles para celebrar.
O para que todos respeten a la democracia.
Las quimeras no tienen plazos ni calendarios. Pero la justicia, sí.
Y el 7 de diciembre es tiempo de justicia, porque ese día el monopolio mediático deberá disolver su concentración hasta encontrar el punto caramelo de la democracia.
Los poderes de la República ya se pronunciaron:
El Legislativo sancionó una ley de medios.
El Ejecutivo la promulgó.
Y este dedito, que es la Corte Suprema de Justicia, se pronunció: El 7 de diciembre vence el último plazo para que el Grupo Clarín cumpla definitivamente con la ley.
Se acabaron los chamuyos.
En el barrio cuando escuchan por la tele una orden así, por una causa de ladrones de gallina, los vecinos te comentan: “O este tipo cumple con la ley o va en cana”.
Es tiempo de descuento para el monopolio.
Aunque le pongan soda al vino los que dicen muy livianamente que es un día más, el 7 de diciembre se acabó la joda de una vez y para siempre.
O habrá ley para todos o no habrá para ninguno.
Fue todo un tema en el Congreso de Salud Mental organizado por las Madres de Plaza de Mayo. Un termómetro para medir la voluntad alegre de la concurrencia.
Se hablaba del 7 de diciembre y las voces se multiplicaban en un solo coro de amor y lucha.
No en vano el lema del Congreso fue “El silencio no es salud”. 
Y para reír o llorar: los de Clarín que no temieron a Videla ¿ahora tienen miedo de Cristina?
 “A mi se me respeta”, decía el genio de Gatica.
Y la carta de Rocca a la Presidenta desligando responsabilidades por las notas de Clarín, parece demostrar que a la máxima figura del país elegida por el voto popular, se la respeta por lo que es y representa.
En buena hora que la usina del terror editorial se quede solo, solito y solo.
Al fin y al cabo, la democracia quiere que hablemos y bailemos todos.
Argentina es una fiesta.  
¿Bailamos?

El Argentino, lunes 10 de septiembre de 2012


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