domingo, 24 de junio de 2012

La soledad de los antiguos dueños



La soledad de Moyano es la soledad de las corporaciones políticas, sindicales, empresariales y mediáticas, nunca tan huérfanas de representación social como ahora.
Advertimos de entrada nomás, que no creemos que el conflicto de los camioneros que derivó en el sabotaje a la provisión de gas y combustibles, pueda ser enmarcado en una cuestión gremial reivindicativa.  
Este último 20 de Junio, para vergüenza de nuestra Bandera patria, asistimos en vivo y en directo a una intentona más de desestabilización del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
No fue un paro sindical, legítimo o no, correcto o no, legal o no, sino un golpe bajo que apuntó contra la Presidenta pero que sin embargo, no impactó sobre la Casa Rosada, sino contra la población.
El cañonazo y sus consecuencias se hicieron visibles inmediatamente.
El Sindicato de Camioneros tiene capacidad de daño y vaya sí lo demostró.  
Pero en democracia la única condición para confrontar posicionamientos políticos diferentes es hacerlo en el campo de las ideas y sin afectar jamás la paz social y el abastecimiento vital de la sociedad.
Pues bien, Moyano demostró por si hacía falta, que atacar a Cristina supone necesariamente atacar al modelo de desarrollo con inclusión social y que al hacerlo implica inevitablemente joderle la vida a la gente. Así de claro.
Conclusión: tienen la misma capacidad de daño que cualquier golpista. Hacen política a los garrotazos.
¿A quiénes dejaron sin gas ni combustibles? ¿A los funcionarios que desprecian o a todos los argentinos que en estos años se habituaron a vivir en un país medianamente normal?
Es lo paradojal de esta coyuntura. Al atacar con semejante salvajismo no hicieron más que demostrar la buena tonicidad del Estado, de la democracia, del proyecto kirchnerista, por un lado y por otro, lograron que durante 48 horas fuésemos una extensión de España o de Grecia; sin energías, con el trabajo amenazado, con escuelas y hospitales afectados seriamente, con llamados a la provocación violenta.
La diferencia es que en Europa esa situación de angustia colectiva la provocan los gobiernos títeres del FMI y la banca financiera neoliberal, mientras que aquí lo hicieron fugazmente Moyano y una buena parte de su patronal en alianza con el Grupo Clarín.
Las máscaras se siguen cayendo: quienes decían ser “oficialistas del modelo pero no del kirchnerismo” terminaron siendo la nueva carne de cañón de los poderosos intereses que buscan denodadamente destituir al modelo y a los kirchneristas.
De la Marcha Federal a TN sin escalas. 
Y esa sí que es una grave paradoja.
El gobierno demostró nuevamente que no reprime los conflictos sociales genuinos; pero como es un gobierno atado al cumplimiento de la ley hasta las últimas consecuencias, no duda cuando debe ejercer su fuerza en salvaguarda de la población si esta es amenazada.
En este cuadro de situación, va de suyo que es una mentira el motivo de la convocatoria al paro y movilización del próximo miércoles. Porque no es cierto que sea para reclamar por la suba del mínimo del Impuesto a las ganancias y la extensión de las Asignaciones familiares. Nadie, en su sano juicio, puede confundirse tras la cantinela de que “pese a nuestras diferencias con Moyano, compartimos la reivindicación con la que nos convoca a la Plaza de Mayo”.
Será una demostración de fuerza contra el gobierno democrático que, si le sale bien, le permitiría acumular poder para tres objetivos inmediatos: la interna de la CGT, recolectar masa crítica para armar su propio partido político y proyectar su figura como cabeza de la oposición.
El acto no conmoverá el escenario político de la democracia, en general, ni del gobierno, en particular. Quizá tampoco lo pretendan.
Saben de las convicciones, el coraje y la inteligencia política de la conducción estratégica que ejerce la Presidenta. Y si lo dudaban, acaban de probar una amarga pócima.  
Saben además del escuálido abanico que los podrá acompañar: La mesa de enlace rural de Eduardo Buzzi y Carbap, el MST de Vilma Ripoll, Pablo Michelli y el Pollo Sobrero, Luis Barrionuevo y Humberto Tumini de Libres del Sur, los caceroleros de Cecilia Pando. Y por supuesto, todo el staff de Magnetto apoyando la movida desde los estudios de TN.
El peronismo del siglo XXI, es decir el Kirchnerismo y las fuerzas progresistas que lo acompañan y nutren, ofrece pruebas más que suficientes de que representa dignamente a la inmensa mayoría de los trabajadores.
Una prueba es el acompañamiento explícito y entusiasta de diversos sindicatos y sectores medios a las políticas de reparación de derechos sociales. Desde docentes, trabajadores del Estado, metalúrgicos, choferes, mecánicos hasta estudiantes y científicos.
La otra prueba es el 55 % obtenido por Cristina en las elecciones de octubre.
Moyano no entiende la lógica del peronismo, él que se dice peronista. Porque en verdad Cristina conduce una gobernabilidad transformadora con amplio apoyo popular, sin depender del consenso extorsionista de ninguna corporación por poderosa que fuera.
Es el gobierno del pueblo, no de las corporaciones.
De ninguna, tampoco de las sindicales.
En el estribo una reflexión final: con esta nueva democracia que construimos como sociedad, debemos ser capaces de desmontar y denunciar la trampa mediática de la recurrente “teoría de los demonios” que algunos utilizan para explicar de manera reduccionista y falaz el cuadro de situación en cada coyuntura crítica generada por un modelo de país que transforma la realidad y las corporaciones que se resisten a esas transformaciones. Todo lo reducen a decir que “la culpa está en la terquedad del gobierno en no dialogar con Magnetto, con la Mesa de enlace y ahora con Moyano”.  
Pero el gobierno no es par en ese conjunto. Es el gobierno de la democracia y como tal hace valer el mandato que le otorgó el pueblo.
Sólo que a diferencia de gobiernos anteriores al 2003, el de Cristina se identifica con aquella máxima de Belgrano: “El miedo sólo sirve para perderlo todo”.
Por eso nunca retrocede cuando lo aprietan.  

Miradas al Sur, domingo 24 de junio de 2012


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