martes, 12 de junio de 2012

El subte no llega hasta Malvinas



La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner viaja a Nueva York.
Participará del Comité de Descolonización de Naciones Unidas.
Tema: el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.
Es la primera vez que una Presidenta participa de tan magno encuentro.
No viaja sola.
Irán con ella gobernadores, ex combatientes, malvinenses y legisladores de los partidos políticos con representación parlamentaria.
Todos, menos uno: el PRO de Mauricio Macri.
El motivo de la deserción, según el diputado Federico Pinedo, es la falta de acuerdo   sobre los subtes porteños y otros temas domésticos.
Aunque usted no lo crea.
En esa lógica (perdón por la palabra) la causa nacional de Malvinas se subordina al traspaso del subte porteño a su legítimo dueño que es… ¡la Ciudad de Buenos Aires!
“Ah no, si no nos ponemos de acuerdo con el farol de la esquina, yo no defiendo a la patria”.
Esa sería la interpretación del faltazo.
Durán Barba no viene acertando con su asesoramiento. Porque al jefe del PRO bien que le convendría guarecerse en ese colectivo polifacético de la democracia representativa que viajará a la ONU. Macri está a punto de entrar al tobogán final de la justicia que lo puede llevar a prisión por la causa de escuchas ilegales. Quizá no. Pero está procesado y eso ya es gravísimo.  
Mire, no vamos a cobrarles por este asesoramiento, pero hágannos caso, súbanse al avión oficial de la Argentina, con Macri, Larreta, Michetti, con Pinedo y Montenegro y dense un baño republicano antes que llegue la noche.
Es el suponer de un iluso, quizás.
Porque en verdad, deberíamos arriesgar una hipótesis más creíble que la del subte como excusa para no viajar:
La derecha está en operaciones.
Organiza cacerolazos, agrede a periodistas, paraliza “el campo” con patrones rurales como Biolcati y Buzzi, insulta la figura presidencial desde el monopolio Clarín, convoca a todos los demonios de la violencia y el odio, se solidariza con el Reino Unido, con Repsol y con Rajoy y  provoca cobardemente a los pibes de La Cámpora.
Y una foto con la Presidenta echaría por tierra el “operativo cacerolas”.
Piedra libre.
La cocina donde se almacenan esas cacerolas de la crispación tiene que ver con esto y con casos como la ladrillera detectada por la AFIP: 132 adultos y seis menores, esclavizados 16 horas por día y con dueños que viven en mansiones y se mueven en sus aviones y helicópteros privados.
Miserables.
Nos vamos con Bertold Brecht:
“Ay, amigos. Ustedes que están asegurados, ¿por qué tanta hostilidad?  ¿Acaso somos vuestros enemigos los que somos enemigos de la injusticia?
Cuando los que luchan contra la injusticia están vencidos, no por eso tiene razón la injusticia”.    

El Argentino, martes 12 de junio de 2012



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