viernes, 9 de marzo de 2012

Los amores de los argentinos


En la antigüedad, antes de Kirchner, la Casa Rosada era un lugar prohibido para la gente de a pie. Sólo se sabía que allí estaba el Presidente, los funcionarios de la Casa, el compañero ordenanza y los Granaderos. Y de vez en cuando un ilustre visitante.

Las paredes descascaradas, los vidrios rotos en sus ventanales, los grandes cortinados desteñidos, hablaban de una Casa semi abandonada.

Era cuando el poder real residía en las oficinas de la City porteña o quizá, a miles de kilómetros de distancia.

Desde hace unos años la Casa se llenó de historias y leyendas, de científicos y patriotas latinoamericanos, de mujeres memorables, de escritores malditos y adorables, de dibujantes y pintores.

Y desde ayer se llenó de ídolos populares.

Por eso está más linda y es agradable visitarla ahora que tiene la Argentina adentro.

La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró la Galería con los nombres y retratos de destacados deportistas y artistas populares.

Maradona y Messi hacen malabares para el deleite de todos. Vilas y Gabriela Sabatini juegan un doble juntos. Gatica y Nicolino Loche no boxean, bailan sobre un ring de sueños; ¡Leguizamo solo! canta Carlitos Gardel mientras aplauden De Vicenzo, Leonardo Favio, Hugo del Carril, Charly García, Troilo y Osvaldo Pugliese, Homero Manzi, Pappo y Caloi con su Clemente.

Fangio y los hermanos Gálvez enseñan a conducir con prudencia ganando todas las carreras; Manu Ginobili le hace un triple a la desesperanza. Palito Ortega y Sandro, Piazzola y Falú; Les Luthiers y Los Chalchaleros, le ponen música al silencio; Pepe Biondi, Alberto Olmedo, Pepe Arias, Fidel Pintos, Juan Carlos Altavista, Adolfo Stray, Pepitito Marrone y el gran Tato Bores nos llenan de alegría.

La querida Mafalda y el Indio Patoruzú, se escapan de los cuadros y recorren alegres el Patio de las Palmeras.

Nini Marshall hace de las suyas cocinando con Petrona C. de Gandulfo, mientras Zulma Faiad observa con admiración a Paloma Herrera bailando un vals tocado por Marta Argerich.

No se sorprenda si antes de partir le tocan el hombro por detrás y una voz le pregunta: “¿Qué pretende usted de mí?”. Es Isabel Sarli, nuestra querida “Coca”.

Así como los Presidentes Latinoamericanos hoy se parecen a sus pueblos, la Casa de Gobierno ya es un patio de familia de este pueblo.

Y eso tiene que ver con un rumbo, un sentido de patria, una mirada sobre la historia de los argentinos en este Bicentenario.

Que nadie se confunda: no es asunto de la decoración, sino del destino profundo de una Nación que se puso de pie el día que Néstor descolgó los cuadros de los genocidas y Cristina empezó a colgar los cuadros de la buena gente.

El Argentino, viernes 9 de marzo de 2012

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas actitudes de apertura y cobijo al pueblo y a sus símbolos se agregan a los motivos de desvelo y recelo de los enemigos agazapados de SIEMPRE, que LTA.

A pesar de los errores y pasos en falso, inevitables para todo aquél que GESTIONE en serio, es TAN ENORME lo logrado que lo saludo, agradezco y reconozco con el mayor de los respetos.

Saludos
Tilo, 70 años

jorge giles dijo...

Muchas gracias Tilo, agradezco y valoro sinceramente su cordial saludo. Un abrazo con todo el afecto,
Jorge