miércoles, 28 de marzo de 2012

La Argentina tiene código


La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, presentaron ayer el anteproyecto de ley para unificar y reformar el Código Civil y Comercial.

Fue en el Museo del Bicentenario, con la presencia de un arco político y social muy representativo.

En la elaboración del texto participaron más de un centenar de juristas, constituyendo la mayor representación en la historia de las leyes, afirmó el Dr. Lorenzetti.

En su propia lectura se advierte la principal luminosidad de este cambio impulsado por el gobierno nacional: se protege a la persona, se amplían derechos de y para la sociedad, se reparan fallas del derecho vigente y se reconoce el derecho de la propiedad para la comunidad de los pueblos originarios.

Parejas que no podían acceder a la maternidad y la paternidad, ahora lo podrán hacer.

Lo que la infertilidad física no permite, la fertilidad del derecho y la democracia lo repara.

Parejas que estaban comprometidas con la ley pero no con los afectos, ahora podrán decidir libremente sobre su destino con plena libertad.

El código es el amor, la vida y la igualdad en la nueva Argentina.

Verlo de esta manera permite valorar la trascendencia de estos cambios que expresan la sintonía fina de la democracia.

Los poderosos estarán que trinan en el terreno donde ejercen el oficio de la monopolización.

Sea en la justicia. Sea en la religión. Sea en los medios de comunicación. Sea donde sea.

La vuelta de un Estado para todos y no sólo para las minorías privilegiadas, lejos de conculcar derechos, los amplía, los profundiza y los enriquece.

Somos libres de vivir como más felices seamos; el único límite es el respeto al derecho del prójimo.

En eso anda el país. Mal que les pese a los crispados y rabiosos que andan babeando odio y resentimiento sin argumentación alguna.

Una dosis de amor no les vendría nada mal, digo.

Por otro andarivel pero con el mismo sentido, la Argentina defiende su soberanía sobre las Islas Malvinas y el derecho a vivir en paz y libre de amenazas nucleares en el Atlántico Sur.

El Canciller Timerman exigió ante la Cumbre de Seguridad Nuclear que se desarrolla en Corea del Sur, que Gran Bretaña confirme o no la ausencia de armas nucleares en esa zona, habida cuenta que enviaron a Malvinas un submarino nuclear.

América Latina es zona de paz y así deberá ser respetada.

Los 6 Premios Nobel de la Paz que ayer exigieron a Cameron el diálogo con la Argentina por Malvinas, rubrican esta posición a favor de la vía diplomática y pacífica.

El colonialismo está desnudo sobre el escenario y la democracia lo pone en jaque.

Señoras y señores, bienvenidos al siglo XXI.

El Argentino, miércoles 28 de marzo de 2012

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