jueves, 15 de septiembre de 2011

Abridoras de caminos


París era una fiesta.

Sucedió ayer, cuando Estela de Carlotto recibió el máximo galardón que entrega la UNESCO por la ejemplar defensa de los Derechos Humanos.

Previamente, ella y los nietos recuperados que la acompañaron, entregaron a su Directora General, Irina Bokova el símbolo de la entidad, que representa a una abuela acunando a su nieto en un sillón.

Fue cuando Estela dijo:

“La palabra abuela despierta ternura, la imagen de una anciana de cabello blanco, con lentes caídos abrazando a algún nieto al que le contará increíbles historias de su vida, sentada en un cómodo sillón. Esa imagen es la antípoda de lo que somos".

"No estamos sentadas; el sillón está tan vacío como los brazos que tendrían que abrazar al nieto; estamos en peregrinaje por el mundo en búsqueda del hijo y el nieto que nos sacó la dictadura".

"Nos llaman abridoras de caminos porque en esa permanente búsqueda creamos mecanismos para que esta historia no se repita nunca más”, dijo al mencionar la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos, "único en el mundo", que “impidió el olvido y la impunidad con sentimientos pacíficos y en busca de verdad y justicia".

“Ya recuperamos a 105 de esas criaturas y todavía nos resta encontrar a unos 400 más. Sólo entonces nos sentaremos a descansar en el sillón: una vez que hayamos concluido con nuestra misión que hoy nos parece interminable".

Agradeció muy emocionada la inclaudicable labor de Néstor y Cristina Kirchner en romper el muro de impunidad que antes reinaba en la Argentina.

“La lucha que iniciamos durante la dictadura militar se vio complementada y fortalecida a partir de 2003, cuando las políticas de Estado se comprometieron con la investigación de nuestro ingrato pasado y se alinearon con el pueblo en la búsqueda de la igualdad y la justicia".

Por último, Estela dijo:

"Nos conmueve muchísimo al ver qué fue de la vida de nuestros 105 nietos recuperados, quienes, a pesar de de que han atravesado situaciones muy dramáticas, hoy pueden soñar y construyen la democracia”.

Cristina, la Presidenta de los argentinos, sollozaba a un costado, sin disimularlo.

La imagen del sillón vacío es la expresión de un pueblo que no deja ni dejará de andar en la búsqueda de verdad, justicia y memoria.

Es importante valorarlo de este modo, cuando el olvido y la desvergüenza de los injustos continúan ofendiendo la dignidad de mujeres que, como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, son el sostén moral de la democracia.

Ayer también, pero en Parque Lezama, la juventud alzó sus banderas para recordar que no retrocederán en la historia construida con Néstor y Cristina.

Los sillones siguen vacíos. Pero el futuro avisó que ya está entre nosotros.


El Argentino, jueves 15 de septiembre de 2011

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