jueves, 28 de julio de 2011

Moción de privilegio


Daniel Filmus presentó una moción de privilegio en el Senado para denunciar la campaña sucia del macrismo, de la que fueron victimas él, su padre y la ciudadanía.

Mauricio Macri buscó ganar votos difamando a su adversario con una falsa encuesta. Una estafa y un agravio para la democracia.

Cada uno decide su voto en libertad. Pero después deberá contarle a su conciencia republicana si apoyó o repudió semejante fechoría.

León Arslanián ofreció una conferencia junto a Filmus dando detalles del probable delito cometido por la mano derecha de Macri, Durán Barba y otros de igual catadura.

Que nadie se sienta ofendido. Pero estamos indignados en nuestra condición de ciudadanos.

A esta democracia la venimos construyendo entre todos para vivir con más justicia y mejor calidad institucional.

Y sin embargo el domingo se podrá votar a un candidato procesado por espiar a sus propios vecinos y parientes y que de acuerdo a las leyes, puede terminar en prisión.

Acordamos con ese axioma que dice que a la derecha “hay que ganarle en las urnas”. Pero ojo, porque con ese mismo criterio, algunos criminales fueron “indultados” en el cuarto oscuro.

Bussi y Patti, entre ellos. O los genocidas que apoyaron a Del Sel.

Una cosa es ser de derecha o izquierda y otra muy distinta, un delincuente.

La democracia no se fortalece votando a un candidato procesado y ahora involucrado en esta campaña sucia.

Si algo aprendimos como sociedad, es respetar el mandato de las urnas.

Ganando o perdiendo.

Uno puede analizarlo fríamente o llenarse de bronca o alegría, según el resultado.

Pero el voto no se mancha, diría el Diego.

Sabiendo de los antecedentes de Macri, a llorar a la iglesia si es que después termina preso y Durán Barba es hallado culpable de esta amoralidad.

Atravesamos el mayor bombardeo mediático antigubernamental de los últimos años.

Atacan al gobierno con el mismo empeño con que protegen a Macri.

Para la corporación mediática y la variada gama de dirigentes opositores, “todo está mal en la Argentina”.

Crean mediáticamente un clima de falsa “crispación” y se autoproponen luego como una oferta de “paz y amor”.

Primero te rompen el farol y luego te venden la lamparita. Viejo truco.

Sin embargo, las distintas mediciones sobre la economía nacional dan resultados positivos.

No hay ningún sector social, del campo, la industria, el comercio, que pueda demostrar lo contrario.

El alto nivel de turismo local y consumo interno, lo demuestran.

¿Y entonces, cómo se explica esta “crispación”?

Acertó: es un año electoral y el poder económico que no tiene límites en su voracidad, no cuenta con una estrella política ganadora.

Calma. La desesperación es mala consejera.


El Argentino, jueves 28 de julio de 2011

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