jueves, 30 de junio de 2011

Mejor que mentir es hacer


El apotegma de Perón enuncia: “Mejor que decir es hacer”.

Pero como en la Ciudad de Buenos Aires muchos ya cayeron en la cuenta que hace rato lo que “mata” no es la humedad sino la mentira, aquí encajaría mejor la frase de nuestro título de hoy.

La vida en la Ciudad sería más bella, incluso, si sólo se tratara de gobernantes, como Macri, y medios de comunicación monopólicos, como Clarín, que “dicen” cosas.

Pero está claro que en ellos todo es mentira.

Por eso no quisieron anoche un debate democrático en TN.

¿Usted no cree que sea así?

Pruebe a escribir en un papel todas las obras que Macri prometió y al lado señale, sinceramente, aquellas que no cumplió. Y por si no alcanzara para convencerse, haga otra lista donde pueda anotar de qué manera respondió Macri y su gobierno cada dolor popular, cada reclamo social, cada necesidad estudiantil.

Es una ciudad que ama y se deja amar, Buenos Aires. Y sin embargo duele tanto.

¿Se imagina usted una sola Argentina de acá a 20 años, pongamos?

¿Se imagina a porteños y bonaerenses tirando todos del mismo carro, digamos?

¿Se imagina a la Ciudad y a la Provincia juntas y abrazadas al proyecto de país inclusivo y federal que hoy preside Cristina?

¿Se imagina un país sin monopolios?

A los anuncios que hizo la Presidenta acerca del refuerzo de la seguridad de los ciudadanos en toda la zona sur, trasladando la cárcel de Devoto a la provincia y solucionando el drama que aqueja a los hospitales Borda y Moyano, se sumó ayer el compromiso de Filmus, Tomada y Cabandié, de construir, si llegan a ser gobierno, un hospital en la populosa Villa Lugano, crear 50 nuevas escuelas en la ciudad, crear una sede de la Universidad Pública en la zona sur, finalizar la Autopista Ribereña, soterrar el ferrocarril “Sarmiento”, extender la red de subterráneos hasta cubrir todos los puntos cardinales de su geografía y construir un nuevo ferrocarril con un tren rápido de pasajeros que vaya desde Retiro hasta el Aeropuerto de Ezeiza, ida y vuelta.

Ahora es el momento de preguntarse seriamente por qué creer a unos y no a otros.

Es relativamente fácil y concisa la respuesta: el único certificado de garantía que tenemos los ciudadanos para decidir nuestro voto, son las conductas y los resultados obtenidos por quienes gobiernan y por quienes se proponen ser gobierno.

Ejemplos: *Filmus y Tomada tienen el certificado extendido por el proyecto político al que pertenecen y que ejerce el gobierno nacional que más obras públicas ha realizado en los últimos 55 años de historia.

*Macri tiene el certificado vacío de su gestión vacía en la ciudad.

Es pura lógica. Si cambió el país ¿cómo no va a cambiar Buenos Aires?

Hagámoslo juntos.


El Argentino, jueves 30 de junio de 2011

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