lunes, 25 de abril de 2011

La única verdad es la realidad



Este fin de semana largo constituyó un nuevo récord para el registro histórico del turismo nacional.
Más viajeros, más hotelería, más consumo, más alegría colectiva.
El movimiento turístico es un termómetro ideal para medir el desarrollo pujante de un país.
El país real es este que se mueve, viaja, trabaja, estudia y baila allí donde se lo ve.
Es el mismo país que lee, piensa y debate en absoluta libertad, como lo demuestra el éxito de público en la Feria del Libro.
Frente a esta realidad, que es la única verdad, se mueven los fantasmas de la oposición mediática como si se creyeran el viejo y desteñido cuco que asustaba a los pibes a la hora de la siesta.
Ya no les cree nadie.
Andan como almas errantes buscando candidatos e inventando alianzas electorales que son un “enchastro”, como diría un filósofo en decadencia.
No habría que asombrarse mucho. Estamos observando al mismo Grupo “A” que en su momento se presentó como la nueva “unión democrática” y que después de asaltar las presidencias de las comisiones legislativas, entró rápidamente en descomposición. ¿Cuál es la diferencia de aquella diáspora caótica y alocada con este presente que hoy vive la oposición? Casi ninguna. Sólo que el caos de transito que antes ocasionaron en el Congreso ahora lo trasladaron al campo electoral. Un verdadero papelón.
¿Se los imagina gobernando? Nos corre un frío por la espalda con sólo imaginarlo. Están tan flojos de ideas que debieron importar intelectuales, a falta de propios. Tanto que profetizaban el “apocalipsis” de la importación de carne y trigo que terminaron por importar a Mario Vargas Llosa para que los represente.
Hagamos memoria.
El 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando se pudrió todo en este país y el helicóptero se llevó al último presidente radical, dejándonos a cambio un tendal de muertos y de náufragos en la mayor crisis política en la historia nacional, se escucharon dos consignas definitorias para el porvenir de los argentinos: “Que se vayan todos” y “Queremos un cambio”.
El cambio llegó el 25 de Mayo de 2003 con la asunción de Néstor Kirchner.
Desde entonces todo cambió en el país y en la región.
Somos más libres, más justos, más inclusivos.
Cuando se escucha a los opositores pidiendo “un cambio” hay que responderles que para la inmensa mayoría ese cambio es el que representa el gobierno de Cristina. Aunque ellos lo nieguen.
El acto en el Luna Park, con el lanzamiento de la Corriente Agraria Nacional y Popular que encabeza Julián Domínguez, fue la más clara demostración que la Argentina cambió en su misma esencia.
¡Si hasta el Chaqueño Palavecino le dedicó una bella canción a la Presidenta!
Y enhorabuena que así sea.


El Argentino, lunes 25 de abril de 2011

No hay comentarios: