lunes, 18 de abril de 2011

Amanece en el país de Paka Paka

Eran miles de chicos brillando a plena luz del día. Cantaban, jugaban y saltaban al compás de la música y las consignas de amor que partían desde el escenario mayor, en las puertas del Palacio Pizzurno, allí donde reside el ministerio de la educación argentina. Fue el sábado pasado; desde Buenos Aires al país, de aquí hasta el cielo, ida y vuelta. No había bronca ni tristeza en esa multitud. Había un clima de esperanza, en medio de un reclamo justo y bullanguero al Grupo Clarín: ¡devuelvan a Paka Paka! Indignan el alma y la razón que la señora de Noble y el señor Magnetto se queden con una señal que es para los pibes y es de los pibes. Lacera en la propia piel conjugar este secuestro a la infancia con otros secuestros de pibes en la larga noche de la dictadura. Ojalá esta multitud de murgas y payasos, de artistas populares y teatro infantil, de chicos alborotados que venían de las barriadas más humildes y de las no tanto, pueda vencer tanto odio y resentimiento. Y Paka Paka se vuelva universal. “Paka Paka para todos”, es la consigna. Un país con igualdad de derechos, es el camino que recorren el pueblo y su gobierno para conseguirlo. A unas cuantas cuadras de allí, en Parque Chacabuco, la casa de Norberto Galasso, el maestro que nos cuenta de qué se trata la historia de los argentinos, mostraba callada y triste, el ataque sufrido sobre su portal. Seguramente amanecía el día. Seguramente las calles vacías de doñas y de dones se llenaban de sombras y de frío. Seguramente rompieron los cristales de su casa con un estruendo que, por cobarde y sórdido, no perturbó su lindo sueño. Seguramente, Norberto, pensarían que con semejante muestra de intolerancia alcanzaría para hacerte saber que quieren que te calles. Así nomás. Pero no saben que en tu pluma y en tu voz habitan miles de voces que hablan a través tuyo. ¿Cómo hacer que se callen Jauretche, Scalabrini Ortiz, Discepolín, Evita, Perón y San Martín? Es un imposible. Y enhorabuena que así sea. Va desde aquí un abrazo y un saludo sanmartiniano que nos compromete solidariamente: Seamos libres, que lo demás no importa nada. Por estas coordenadas anda la vida en su estado de gracia. Con sus alegrías y sus acechanzas. Con sus pasiones y sus desafíos. “La patria es un peligro que florece”, decía Leopoldo Marechal. Y vaya que ponía luz sobre las cosas cuando así hablaba. Todo lo demás es puro cuento. El papelón de Duhalde y sus amigotes del pejota federal. El papelón de Solanas. El de los radicales. El de Macri ladrándole a la luna. El papelón de toda la oposición despatarrada por izquierda y por derecha. Todo va quedando más claro, ahora que amanece en el país del Paka Paka.

El Argentino, lunes 18 de abril de 2011

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