lunes, 28 de marzo de 2011

El sucio trapo de un golpista



El momento que vivimos es histórico. Todos nos mostramos tal cual somos. Mírenlos, allí están, cual patrones de una republiqueta de terratenientes, dueños de las vacas y la soja, secuestradores de la renta diferencial, del puerto y la aduana desde que nació la patria contra sus disgustos. Se llamaba Martínez de Hoz en tiempos de dictadura. Se llaman hoy Mario Llambías de la CRA y Hugo Biolcati de la Sociedad Rural. Uno de estos personajes, Llambías, el de la patronal rural, el de la Mesa de enlace, el que lideró junto a otros innombrables el enfrentamiento más violento contra el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, acaba de afirmar: “Quieren reemplazar la bandera por un sucio trapo rojo”, reivindicando la introducción golpista a la dictadura cívico-militar y celebrando el lockaut patronal contra el gobierno democrático de Cristina. No le tengamos miedo, pero tampoco lo tomemos a la ligera. Hay que denunciarlo con la misma indignación que lo condena la historia. El gobierno que ellos agreden, puso en alto como nunca se hizo antes, la figura de Manuel Belgrano. “El miedo sólo sirve para perderlo todo” fue una de las citas del prócer más difundidas durante los festejos del Bicentenario. Le confesamos algo Llambías, pero no se lo diga a nadie: esa frase hoy se la dedicamos a usted. Es este proyecto de país que gobierna el que siempre tuvo en alto la bandera azul celeste y blanca de Belgrano. Fueron ustedes los que no querían otra bandera más que la renta de la pampa húmeda. El único trapo sucio que se izó en los mástiles de la patria fue el que ustedes izaron o hicieron izar a los dictadores. Es tan vieja esta historia, Llambías, que cuando Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional, el 27 de febrero de 1812, uno de los suyos Llambías, Bernardino Rivadavia era su nombre, ordenó bajarla porque la única bandera era la española y los únicos aliados a defender eran sus patrones del Imperio inglés. Le digo más Llambías: Belgrano no lo escuchó y mandó a los patriotas jurar de pie ante la bandera: “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la Independencia y la Libertad” Y para que nadie dude que hablaba en serio, bautizó a cada batería de guerra dispuesta sobre las barrancas del Paraná con esos nombres, “Independencia” y “Libertad”. Le digo otra Llambías: el creador de nuestra bandera, Manuel Belgrano, es hijo y padre del mismo proyecto de patria que soñó San Martín, Moreno, Castelli, Artigas, Rosas, los Caudillos, Yrigoyen, Perón, Evita, los 30 mil y Kirchner. Una sugerencia Llambías: antes de volver a hablar en público, lave sus trapos en su casa.


El Argentino, 28 de marzo de 2011

1 comentario:

Nando Bonatto dijo...

El trapo rojo
el sucio trapo rojo
el enrojecido trapo azul celeste
en treinta mil sangres

el rojo degollado en Caseros
el rojo y negro anarquista
en el centenario de las vacas
el pabellón nacional
con olor a bosta de vacas

el sol en el centro de la bandera
oculto en nieblas de vergüenza

el trapo rojo y el viborazo rojo
el trapo rojo invocado por Camps y Etchecolatz
la azul celeste apropiada
ensuciada atrofiada
el pabellón azul celeste vendido rendido
el trapo amarillo en manos del cuida coches
la franela sucia del limpiavidrios esquinero

el trapo rojo con los arcos dorados y rojos
de Mac Donald
en la tumba de Lenin momificado
la bandiera rossa la vogliamo si

el trapo rojo azul celeste
el trapo
el trapo rojo clavado
en el ojo cojo de Mario Llambías
la bandera verde soja de Marío Llambías
el trapo en relaciones carnales
el trapo rojo de remate
el trapo