jueves, 24 de febrero de 2011

El mundo en asamblea permanente



Como si de pronto se abrieran las rejas de una inmensa jaula.

Como si de una vez y para siempre se ahuyentaran todos los miedos.

Como si se desplomaran los antiguos mitos y leyendas.

Como si un mundo viejo, desigual e injusto se llenara de jóvenes por todos lados…

Así se puso la tierra en estos días.

En estado de alerta y movilización.

Es lo que está pasando con los pueblos en rebeldía.

Buscan lo que busca el hombre desde que es hombre: vivir con más y mejor libertad.

Cada vez que esto ocurre, estallan todas las brújulas y se deshojan las cartas de navegación, otrora previsibles.

El mundo está cambiando y seguirá cambiando.

Y no habrá represión capaz de encerrar y acallar los desatados vientos del pueblo.

Pero los intentos de apropiarse de la rebelión para direccionar maliciosamente aquellos vientos, también deben ser denunciados y con igual fervor.

La situación de Libia, preocupa y duele mucho.

Nada de lo que hiera a la humanidad, en cualquier lugar del mundo, nos es ajeno.

Venimos de esos dolores y de esas luchas.

Algunos de los que hoy se desgarran las vestiduras cual si fuesen santos inocentes decían hace apenas un puñado de días: “Libia es un ejemplo por su macro economía al que hay que felicitar, por su ambiciosa agenda de reformas, por su apertura económica hacia el sector privado, enfatizando la contención del gasto público corriente…”

¿Saben quién lo dijo?: El Fondo Monetario Internacional.

Es un informe del FMI fechado el 15 de febrero pasado.

Nada decían de la situación del pueblo y los trabajadores. Ellos no están para esas menudencias. Ellos están para seguir apretando a las naciones del mundo y en particular a las economías emergentes, para que apliquen más ajustes salvajes, más desocupación, más achicamiento del “gasto” del Estado en salud, educación, viviendas, trabajo y producción.

En los países árabes y europeos donde se vienen sucediendo las revueltas populares, el FMI alentó y promovió las mismas políticas que llevaron al incendio de la Argentina en diciembre del 2001.

En Túnez, Egipto, Argelia, Grecia, Irlanda.

Si la Argentina hoy está de pie, como dijo ayer la Presidenta en Catamarca, es porque recupera fábricas con sus trabajadores.

Y no las cierra, como manda el FMI.

Pongamos las cosas en su lugar.

Solidaridad con los pueblos que luchan, siempre. Condena a la represión, siempre.

Los argentinos, podemos y debemos hacerlo. Hay autoridad moral suficiente.

Pero los gobiernos y partidos que siguen promoviendo políticas neoliberales, chito, ni una palabra.

Salvo que se arrepientan del daño que han hecho al mundo, desde el Consenso de Washington hasta el desierto de Sahara.

El Argentino, jueves 24 de febrero de 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

En relaciòn al cuarto pàrrafo de columna, ojalà y fueran jòvenes quienes reaccionaran espontaneamente sr, debo decir que son siempre viejos como ud los que los promueven a revelarse y subvertirse. Ellos ponen el cuero, mientras gente como ud hacen su catarsis de los problemas no resueltos en la adolescencia. A los adultos como ud les digo, no sean cobardes, pongan la cabeza, no manden a niños hacer el trabajo que debieran hacer uds. Siempre lo mismo. Otra cosa, mañana tendrà que retractarse de algunos de sus dichos ya que hoy su ama hablò en favor de Khadafi. Que feo Jorge, eso le pasò por querer ser mas papista que el Papa.