miércoles, 9 de febrero de 2011

El año de las persianas altas



La Presidenta entregó ayer subsidios para obras de infraestructuras en parques industriales de todo el país.
Son aportes no reintegrables que brinda el Estado en el marco del Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales Públicos.
Es producción argentina con el mejor valor agregado: nuestra propia dignidad.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, viene promoviendo y gestionando esta política de estado que posibilitó un rápido y sostenido crecimiento de nuestras pequeñas y medianas empresas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Son elocuentes los datos oficiales que indican, por ejemplo, que se crearon más de 35.000 empleos industriales en el último trimestre del 2010 y que el salario de los obreros de la industria creció 32,7% en 2010 respecto a 2009.
“La industria superó los niveles de producción del 2008 y estableció un nuevo récord y generó nuevo puestos de trabajo por el cambio de paradigma que significó para el sector el modelo iniciado en 2003 en el que la agregación de valor en origen tiene un rol fundamental para que todos los argentinos se puedan quedar en su territorio y con trabajo”, dijo Débora Giorgi.
Durante el cuarto trimestre de 2010 las remuneraciones nominales de los trabajadores industriales crecieron un 6,2% contra el tercer trimestre del mismo año y un 31% si se las compara con igual período del año anterior. De este modo, el crecimiento acumulado para 2010 fue del 32,7% con respecto a 2009.
Giorgi aseguró que “consolidamos un crecimiento sustentable liderado por la actividad industrial con un fuerte proceso inversor que expande nuestras fronteras productivas, marca récord en exportaciones industriales y mantiene superávits externos y fiscales con acumulación sostenida de reservas”.
Reflexionemos juntos: ¿se acuerda cuando en los años noventa nos inundaban de estadísticas y no podíamos entender quiénes se beneficiaban con esas cifras tan abultadas?
Porque a los bolsillos de los trabajadores y a las mesas de las familias no llegaba ni un vaso de agua.
Con el correr del tiempo nos avivamos que ese crecimiento era para unos muy pocos y en detrimento de la vida de muchos.
Era la falacia de la "teoría del derrame" iniciada por Menem-Duhalde y continuada por De la Rua.
En ambos gobiernos, la presencia de Domingo Cavallo fue determinante.
Pellízquese. Este es otro país. ¿Sabe porque? Porque por primera vez en 200 años de historia no hay ningún sector de la economía real que crezca en detrimento de otro. Crecen todos al mismo tiempo.
Y otro dato significativo: este contexto histórico de desarrollo inclusivo vino para quedarse por un siglo más.
Sólo depende de la voluntad popular.


El Argentino, miércoles 9 de febrero de 2011

No hay comentarios: