viernes, 10 de diciembre de 2010

Es la hora de los pueblos


Hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos y la Argentina lo celebra con la frente en alto, a la vanguardia mundial en el cumplimiento efectivo de las banderas de Verdad, Memoria y Justicia.
Y es el Día de la Democracia argentina, porque hace ya 37 años el pueblo la recuperaba decidiendo, con alma y vida, que esta vez fuese para siempre.
Y hoy también se cumplen tres años de gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que fueron, quizás, los tres años más intensos en la vida institucional del país y en la cotidiana vida de este pueblo que somos.
Todas estas sensaciones estarán presentes en la Plaza de Mayo desde la tarde de hoy.
Los trágicos sucesos de Villa Soldati que causaron la muerte de dos personas, pone nuevamente al descubierto la pugna de dos modelos de país y de sociedad sobre la que deberán seguir decidiendo, como lo vienen haciendo día a día, todos los ciudadanos.
Está claro que el país que lidera y gobierna Cristina es el país de la inclusión social, el de la Asignación Universal por Hijo, el de los cinco millones de empleos recuperados, el de la Ley de Medios, el de la recuperación de la administración de los ahorros de los trabajadores y la anulación del negociado de las ex AFJP, el de las tres millones de netbooks a los estudiantes.
Un modelo de desarrollo que sólo se entiende en el marco conceptual y político de ubicar a la Argentina integrada a América Latina.
No sólo hay que repasar la historia para comprenderlo mejor; alcanza con escuchar a Evo Morales, Lugo, Lula, Correa y otros mandatarios latinoamericanos agradeciendo y valorando la política de integración regional iniciada en 2003 por Néstor Kirchner y luego profundizada por Cristina.
Allá lejos y no tan lejos, el modelo neoliberal que hoy tensiona a Europa y los EE.UU., crisis mediante, es el de aquellas fuerzas políticas que proponen leyes contra los inmigrantes y a favor del racismo y la xenofobia.
Allí se ubica la actitud y el discurso de Macri contra nuestros hermanos bolivianos y paraguayos, hermanos de la America profunda que parecen sobrar en la gran aldea porteña.
Es “el país para pocos” que ya padecimos con Menem, Cavallo y De la Rúa.
Cuando Macri y Rodríguez Larreta hablan de la “inmigración descontrolada”, calificando como “ley de la selva” a las libertades conquistadas durante estos siete años de kirchnerismo, están delimitando su propio terreno político, en la injusta contracara del proyecto nacional, popular y democrático.
Mal que le pese a Macri, es la hora de los pueblos.
Por eso hoy celebrarán una democracia digna que les pertenece por derecho propio.



El Argentino, 10 de diciembre de 2010

1 comentario:

Beatriz Fernández Vila dijo...

Que ridículo ver al hijo de Franco Macri erigirse en dueño legítimo de esta nación. Y sin pudor, porque este sentimiento no lo engalana precisamente, hablar de “inmigración descontrolada” y “ley de la selva” Desconociendo que el verdadero inmigrante fue su padre, cuando en la América Morena hacía ya mucho tiempo que existían los pueblos que dieron origen a los bolivianos, los paraguayos, los peruanos, los argentinos. Es muy ridículo ver a un señor que no estaría aquí si no fuera por los barcos, estigmatizar a personas cuyo color de piel denota la pertenencia legítima a estas tierras. Ver que el hijo de un extranjero olvida de dónde viene, para atacar a los verdaderos dueños de estas tierras, es penoso e indignante.