domingo, 14 de noviembre de 2010

Nos ponemos de pie



La presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresó ayer al país.

Por otra coincidencia de la historia, Cristina arribó a suelo argentino el día que se recuerda el nacimiento de Don Arturo Jauretche.

En homenaje a ese gran pensador, se conmemora desde el 2003 el Día del Pensamiento Nacional, por decreto firmado por el presidente Néstor Kirchner y completado luego por una ley aprobada por el Congreso de la Nación.

Fue una de las tantas decisiones trascendentes y significativas del primer año de gestión de Kirchner que hizo que la Argentina recuperara la memoria vigente de Don Arturo y particularmente, el ejercicio de un pensamiento autónomo, transformador, nacional y popular.

Ya en el estribo compartiremos una de sus enseñanzas.

Siempre son sanadoras, pero mucho más cuando la infamia de los opositores manejados como marionetas por el monopolio Clarín, arrecian sobre el pueblo y sus instituciones democráticas.

No querríamos pasar a la ligera un dato, político y emotivo, ocurrido allá del otro lado del mundo.

El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, principal anfitrión en la Cumbre de Países miembros del G-20, susurró por lo bajo algo así: “Nos ponemos de pie”.

Y todos lo hicieron disciplinadamente estallando en un aplauso prolongado cuando entraba al amplio salón de deliberaciones la presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner.

El presidente chino,Hu Jintao , se sinceró: “Néstor Kirchner quedará en la memoria de nuestros pueblos como el gran hombre y estadista que fue en vida”. Respiró hondo y agregó: “Nosotros, como el pueblo argentino, lo vamos a extrañar mucho”.

Cristina escuchaba y agradecía silenciosamente. Estaba conmovida, pero siempre de pie.

Nunca se la vio tan triste.

En su mirada cabían todas las penas, todas las ausencias, todas las nostalgias.

Maldito sea el dolor cuando llega así, tan de repente.

A un costado, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, sollozaba emocionado.

Barack Obama se mordía los labios, sin disimular tampoco su emoción.

La canciller alemana, Angela Merkel, tan dura en apariencia, se abrazó a Cristina como sólo se abrazan dos mujeres compartiendo un dolor.

Kirchner, el Hombre del Bicentenario argentino, fue recordado como nunca antes se recordó a un ex presidente en una cumbre así.

“Nos ponemos de pie”, dijo una parte sustancial del mundo. Estaban rindiendo homenaje a un mandatario de estos lugares del sur del planeta.

Ya está. Ya pasó. Lo que no pasa es el dolor. Pero qué orgullo para el país este reconocimiento.

Y qué decir de la presidenta hablando ante los presidentes y los poderosos hombres de empresa que la escuchaban con atención, defendiendo el modelo argentino, con esa pasión tan latinoamericana.

La cumbre del G-20 fue la justa medida de nuestra inserción en el mundo.

Allí quedó asentado con tinta inquebrantable el ejemplo de Argentina facilitando un préstamo a la poderosa GM para evitar que cierren la línea de producción y con ella las fuentes de empleo para centenares o miles de trabajadores y pequeños empresarios. Y se anotó también como conclusión final, que semejante inversión se hizo de la mano valiosa de las Universidades públicas y no de los consultores privados que trafican como quieren las cifras al mejor postor. Y se concluyó que ganaron todos. Con el empleo y la producción salvada.

Jauretche se hubiese sentido orgulloso de esta Argentina que no se rinde en el campo de las ideas nacionales.

Nos ponemos de pie, decimos nuevamente, para escuchar ahora al padre del Pensamiento Nacional:

“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económica”


El Argentino, domingo 14 de noviembre de 2010

1 comentario:

Luchin dijo...

Que risa me dió anoche recordar fragmentos de Macri, Carrio y demás diciendo la frase "Y acá estamos nosotros, aislados del mundo" jaja. Ya no hay manera de opacar la lucha y la victoria!