jueves, 23 de septiembre de 2010

El país de Germán Abdala


Hoy se vota la dirección que tendrá de aquí en más, la Central de Trabajadores de la Argentina.
Cuando termine el día sabremos si finalmente será el maestro Hugo Yasky o el estatal Pablo Michelli, el que encabezará la CTA.
No son matices los que diferencian a unos y otros.
Son distintas miradas las que dirimen hoy sobre el país, la suerte crucial de América Latina, la concepción del sindicalismo, sobre el gobierno nacional, sobre los viejos sectores del poder económico oligárquico, la mesa de enlace de la patronal rural.
Seguramente rondará la memoria de Germán Abdala a la hora de asegurar con el voto democrático, el rumbo de este espacio que construyeron los trabajadores en días y noches donde había que dar testimonio sobre el país que se quería construir.
Igual que ahora, igual que siempre.
A Germán, más que interpretarlo, hay que saber escucharlo.
Desentrañar su pensamiento puede ser un faro de luz para quienes, con buena o mala fe, usan su nombre deformando el mandato que legó para la historia del pueblo.
Un Germán que desde la distancia también nos interpela a todos.
¿De qué lado estuvimos cuando la Sociedad Rural y sus aliados llamaron a combatir al gobierno democrático en su intento de redistribuir el ingreso de los que más tienen con los que menos tienen en esta sociedad desigual?
¿Del lado de los patrones rurales o del lado del pueblo?
¿De qué lado estuvimos cuando se construyó de abajo hacia arriba la nueva Ley de Medios de la democracia?
¿Del lado del Grupo Clarín o del lado de la democratización de la palabra?
¿Estamos consolidando la unidad latinoamericana y el MERCOSUR?
¿O estamos en la vereda de enfrente de los presidentes de la región que, por unanimidad, eligieron a Néstor Kirchner al frente de la mayor organización política que construyó el continente, la UNASUR?
¿Estamos apoyando decididamente la Asignación Universal por Hijo, el rescate del ahorro de los trabajadores, el rol del Estado frente a las distintas crías que dejó el neoliberalismo depredador de los noventa?
¿O estamos con el Grupo A y sus adyacencias?
Germán Abdala seguramente nos interpelaría sobre estas grandes cuestiones.
Pero decíamos que había que saber escucharlo y leerlo.
Decía Germán en un reportaje publicado en la revista El Porteño de agosto de 1992:
“Tenemos que salir de la típica actitud infantil de la izquierda, de luchas por la hegemonía, donde jamás se permite construir a largo plazo…Es indispensable que toda la izquierda social no organizada, todos los sectores populares, democráticos, nos unifiquemos”.
“Nuestra experiencia nos demostró que no alcanza con democratizar un sindicato, recuperar una estructura y ponerla al servicio de los trabajadores. No alcanza si eso no se potencia con una propuesta política masiva hacia toda la sociedad, si no se une íntimamente con el resto de las organizaciones sociales y políticas del país. Nosotros fallamos en la construcción de un nuevo modelo, de la nueva propuesta, la alternativa global a esta sociedad. Hemos quedado embarcados en sobrevivir cada uno en su experiencia, cada uno en su sindicato, en su fracción.”
En otro tramo decía Germán:
“La gente está cansada de paros y movilizaciones, de que siempre seamos los mismo los que nos veamos las caras. La gente empieza a valorar que hay que empezar a cambiar desde otro lugar. Que tenemos que tener políticas claras hacia los medios de comunicación, que hoy son clave en formar opinión en la sociedad. Que debemos tener dirigentes creíbles, insisto en que tenemos que saldar todo un debate ideológico entre los que fuimos los responsables, militantes durante los años 70, con la nueva militancia, porque eso tampoco cuajó. Y no cuajó porque hay soberbia en los viejos militantes y en las estructuras formales. Ninguna de ellas es capaz de aceptar que sufre el mismo síndrome que los partidos políticos del sistema”.Así hablaba Germán, pensando en un nuevo sindicalismo y en un nuevo país, como el que creemos honestamente, hoy estamos construyendo.


El Argentino del 23 de septiembre de 2010

No hay comentarios: