miércoles, 19 de mayo de 2010

EL DERRUMBE DEL VIEJO MUNDO

“Cuando la época cambia, uno debe cambiar con ella, a menos que sea tan importante para lograr cambiar la época”

Quien así hablaba, estaba celebrando su amistad y admiración para con el presidente Lula.

Los mandatarios europeos se miraban de reojo disimulando apenas el asombro ante la férrea unidad sudamericana.

Esa mujer que abrió y cerró la Cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, es la Presidenta argentina, llamando a la reflexión frente al derrumbe del pensamiento único y el mundo unipolar.

Llamó al diálogo, no a la confrontación. A que puedan aprender a ser socios y no eternos clientes. A mantener y profundizar el debate sin prejuicios ni dogmatismos que allí habían logrado, europeos y latinoamericanos.

En la mejor de todas las Cumbres, según el canciller Taiana.

No tomó de las solapas al funcionario inglés que con toda soberbia se negó a debatir sobre la soberanía en nuestras Malvinas. Por el contrario, le brindó una clase de civismo y buenas costumbres a la hora de interpelarlo a aceptar el llamado de las Naciones Unidas para sentarse a dialogar sobre la soberanía de las Islas.

Mal acostumbrados a naturalizar el doble estándar, el inglés habrá bufado cuando la representante de toda América Latina en esa Cumbre, le señaló respetuosamente que esa historia se terminó.

Lo que es aplicable a los países considerados débiles, con más razón lo será para los poderosos países que se creen con derecho a burlar el derecho internacional.

Argentina y Brasil expresaron con su activo protagonismo que el nuevo mundo deberá forjar nuevos instrumentos para reemplazar a aquellos que se demuestran perimidos y anacrónicos.

Algo así como valerse de la crisis para que la crisis no se valga de nosotros.

Es posible que Cristina Fernández de Kirchner repasara las ideas de nuestros próceres antes de abordar cada mensaje.

Allí estaba a su lado Manuel Belgrano, apuntando:

“El modo más ventajoso de exportar las producciones superfluas de la tierra es ponerlas antes a obra o manufacturarlas. La importación de mercancías que impide el consumo de las del país, o que perjudican al progreso de sus manufacturas y de su cultivo lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación. La importación de las mercaderías extranjeras de puro lujo en cambio de dinero, cuando este no es un fruto del país, como es el nuestro, es una verdadera pérdida para el estado”

Como si hablara Belgrano en plena Cumbre madrileña, Cristina anunció que “el mundo ya cambió y cambió muy fuerte y el problema que tenemos es que las instituciones globales que fueron pensadas para un mundo en el cual el temor era el holocausto nuclear, era un mundo bipolar, como quedó luego de la segunda guerra mundial, fueron funcionales a ese mundo, pero hoy no dan debida cuenta de este nuevo mundo multipolar donde ya no solamente hay conflictos ideológicos en los términos de lo que podemos conocer como la Ilustración o el Racionalismo del siglo 19 y 20, han dado lugar a otros conflictos más profundos que acompañan también profundamente las transformaciones económicas y sociales que se han producido en la última mitad del siglo 20 y en lo que va del 21, más aceleradas que tal vez en ningún otro momento de la historia”

La vieja división internacional del trabajo impuesta por un grupo de países sobre otros, demostró su agotamiento.

Decía Belgrano, instando a cambiar la vida: “Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra”

América del Sur fue expoliada por más de 500 años. Y no obstante, sigue siendo el continente del futuro.

Suyas son las mayores y mejores fuentes de energía, de alimentos, de agua, de recursos naturales en toda su diversidad, de conocimiento y capacidades humanas extraordinarias.

Enhorabuena: el futuro está entre nosotros.


Jorge Giles, El Argentino, 19 de mayo de 2010
http://www.elargentino.com/nota-91463-El-derrumbe-del-viejo-mundo.html

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