lunes, 17 de mayo de 2010

CON LOS PIBES NO SE METAN


El jefe del radicalismo, el senador Ernesto Sanz, acaba de ofender a todas las familias humildes de la Argentina y en particular, a los pibes beneficiados por el derecho de la Asignación Universal por Hijo. Sostuvo que ese nuevo derecho social “es utilizado para favorecer el mayor consumo de drogas y el juego”. Está en algunos diarios de ayer y fue tapa del flamante “Tiempo argentino”. Léalo de nuevo para no olvidarlo. Una verdadera cuchillada trapera contra los más pobres y vulnerables de este pueblo. Una ofensa sin par. Sólo comparable a los clásicos de la reacción más fascista de la historia reciente. Ejemplo: “Los pobres utilizan el parquet de las casas que les da el gobierno, para hacer leña para el asado”. A días de conocerse un profundo estudio del Conicet y otros institutos científicos que dan cuenta del impacto ampliamente positivo en el crecimiento de la matrícula escolar y la caída de los niveles de pobreza e indigencia al mismo lugar que se tenía en 1974, el senador radical declaró su profundo odio de clase contra los pobres. Pocas horas después de cometer semejante violencia verbal, Sanz participó de un acto partidario con parte de los restos de la Alianza radical que huyó en helicóptero en el 2001. En Mar del Plata, Ernesto Sanz, Margarita Stolbizer, Ruben Giustiniani y otros dirigentes políticos y sindicales, proclamaron, sin vergüenza alguna, que eran la nueva progresía de la política criolla. Todos serán cómplices por omisión de esta canallada contra los pibes si no se desvinculan de inmediato de la ofensa proferida por Sanz. De esas ofensas, no se vuelve nunca. Es cierto que la derecha ya no tiene posibilidades políticas para unir fuerzas en una nueva Alianza radical, o en un Pro en estado de emergencia judicial y prontuario policial, o en un pejotismo feudal con Duhalde a la cabeza. Mucho menos de conformar una suerte de “Unión Democrática” que atente contra los intereses populares que expresa el Gobierno nacional. Pero tiene esta posibilidad de daño moral. De ofender e injuriar. De provocar todo el tiempo. De tender emboscadas. Allí están para comprobarlo Sanz y los diarios domingueros. Son un remedo de “partes de guerra” del monopolio mediático. Todo es odio y crispación en las plumas de los escribas de Clarín y La Nación. Buscamos con lupa algún argumento serio para analizarlo, reflexionar y compartirlo o refutarlo, pero es imposible. Volcaron hace rato pero ahora ya ni lo disimulan. Inventan conspiraciones y amenazas tan burdas que no merecen consideración alguna. El procesamiento judicial a Macri, el apoyo que le brindaron al procesado, Sanz, Francisco De Narváez y Eduardo Duhalde, la unión y desunión inmediata de un sector que presume de “progresista” en el Parlamento, la decisión de Duhalde de no participar en la interna del justicialismo, el nuevo renunciamiento de Reuteman y las graves denuncias que pesan sobre su paso por la gobernación santafesina ordenando que los bomberos retiren los archivos de la dictadura, son algunos de los títulos que ayer dejaron. Hoy es un día paradójico para el recuerdo. El 17 de Mayo es el Día Mundial de las Telecomunicaciones, el Día de la Sociedad de la Información, el Día de Internet. Salgamos entonces por los parques y las calles a hablar con todo el mundo que la Ley de Medios ya está pronta a ser liberada. El miércoles 19 la Corte Suprema dará a conocer su fallo respecto al secuestro de la Ley mayor de la democracia en manos de la justicia procesista de Mendoza. Allí, en la puerta de los Tribunales, estaremos todos aguardando con la esperanza intacta. Hoy también se recuerda el día en que empezó el juicio por el escándalo de Watergate y que le costara la renuncia al presidente conservador de los EE.UU., Richard Nixon. Picardías y paradojas de la historia. Unos crearon los instrumentos para comunicarnos y el republicano Nixon se encargó de pincharlos a través de sus espías y funcionarios. Así les fue. El macrismo debería recordar ese final.


Jorge Giles. El Argentino, 17 de mayo de 2010
http://www.elargentino.com/nota-91151-Con-los-pibes-no-se-metan.html

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