martes, 9 de marzo de 2010

EVA DEL BICENTENARIO


El “Oscar” a “El Secreto de sus ojos”, es un bordado invisible de nuestro orgullo nacional.

Por un instante, vivimos la argentinidad al palo, como canta Cordera.

Y fue bueno sentirlo así.

Se lo merecen los artistas y el director, ese Campanella que algunos olvidaron mencionar, casualmente, es el mismo director de cine que el pasado año hizo vibrar la Audiencia pública en el Congreso hablando a favor de la Ley de Medios.

¿Será el preludio de algo este premio? ¿Y si es así, de qué? ¿De volver a ser Campeones del Mundo de la mano del Diego?

¿O habrá algo más profundo, si ello fuese posible?

Todo parece estar a disposición para que el 2010 sea un año destinado a hacer historia.

¿Será, será? ¿De quién y de qué depende?

Lo decimos en un solo trazo: depende que se unan los argentinos de bien.

Pero todos los argentinos de bien, no sólo un sector político, por mayoritario que sea.

Porque si el gobierno puja y ayuda a nacer un país mejor, pero la oposición incendia todas las praderas con sus viejos odios, se hace cuesta arriba llegar a destino.

Hay que juntar las almas de un mismo proyecto de nación.

Ahí está el secreto de sus ojos, los ojos de la historia que hizo grande a este pueblo.

El camino está trazado. Y no tiene retorno.

La Presidenta ayer brindó una pista invalorable: Eva Perón, Evita, fue nombrada oficialmente “Mujer del Bicentenario”

Si en el primer centenario, el eslogan más publicitado fue “Argentina, la París del Plata” y la imagen de una vaca presidía los actos oficiales.

Si entonces el gobierno conservador decretó el estado de sitio para tener bajo control a los miles de obreros que ganaban las calles con sus movilizaciones y huelgas

Si en la Buenos Aires de ese primer centenario se prohibía el paso de los trabajadores y de cualquier ciudadano con pinta de pobre por los lugares donde la aristocracia programaba sus festejos.

Pues bien, este segundo centenario tiene perfume de mujer, garra de mujer, coraje de mujer, belleza y ternura de mujer y su nombre es Evita.

Todo un desafío el de Cristina.

Poner a Evita allá en lo alto de la Patria supone hacerse cargo de un modo de vivir la vida. De cargar con la responsabilidad más alta de la república honrando el nombre de quien fuera y será la Abanderada de los Humildes.

Y el contraste cae como una plomada sobre el mantel de la mesa.

Entre aquel primer centenario y el segundo.

Y entre “esa mujer”, Evita, contrastando su hermosura eterna con el odio fosforescente del grueso de los opositores. Y las opositoras de ocasión.

La celebración del Día Internacional de la Mujer acunó de una manera luminosa el acto de justicia y reparación que la Presidenta hiciera con nuestras hermanas mal llamadas “domesticas”

Y el merecido homenaje a los soldados y las valientes voluntarias en Haití, presentes solidariamente allí donde habita la desolación.

Todo es solidaridad en las vísperas.

¿Qué está faltando para traer a Moreno, Castelli, Monteagudo y Belgrano hasta nosotros?

Falta vencer el imperio de los monopolios y sus agentes partidocráticos.

Falta imponer la verdad sobre las mentiras. Decir las cosas como son. No dar tantas vueltas para explicar que la proclamada defensa de las reservas no es nada más que un eufemismo que esconde el regreso de los muertos vivos del neoliberalismo.

“No toquen las reservas” es lo mismo que decir “toquen el presupuesto de salud y las jubilaciones y los salarios y la creación de empleo y la Asignación Universal por Hijo”.

Que la oposición se anime a decir su verdad.

¿Quién se animará esta vez a decir brutalmente el símil de lo que dijo Carrió sobre los hijos de Ernestina Noble y los grupos económicos concentrados?

“Los hijos de la señora Noble son nuestros hijos; si es preciso, defenderemos a los grandes grupos económicos”

Patricia Bulrrich seguro está en la terna. Lo dijo y lo hizo cuando fue ministra de la Alianza, recortando el 13 % de los salarios, de los jubilados, de los docentes.

Que el olvido no tenga escarapelas este Bicentenario.

Por respeto a Evita.



Jorge Giles. El Argentino, 9 de marzo de 2010
http://www.elargentino.com/nota-81105-Eva-del-Bicentenario.html

2 comentarios:

Angeles Martin dijo...

Muy lindo Jorge. La París del Plata. Y bueh!!!, para los que estamos a miles de Km de la París del Plata perdimos la marca "Argentina" hace más de 100 años. Somos el interior.
El bicentenario hay que festejarlo en los cabildos de Salta, Córdoba, Mendoza, y en cada pueblo desde La Quiaca a Tierra del Fuego.

"Terapia de Grupo Bloguera".

Silvia dijo...

Gracias por estar siempre, Jorge!
Por ponerle el pecho, por ponerle el cuerpo, por ponerle el alma y la tinta a este proyecto.
Espero algún día conocerte, abrazos