martes, 9 de febrero de 2010

Un pingüino, dos pingüinos, muchos pingüinos


Desde la noche del domingo, nos acercamos una y otra vez a la puerta de la clínica donde está internado Néstor Kirchner.

Para saber algo más sobre su salud, pero también para adentrarnos, hasta donde nos sea posible y permitido, en el sentimiento colectivo que allí se manifiesta con los ciudadanos de a pie que pasan y pasan dejando sus oraciones, sus carteles, sus recuerdos.

Todo sirve para el “fuerza Néstor” que se repite en las paredes más cercanas a la puerta de entrada.

La organización barrial “Tupac Amaru” hace guardia con sus pancartas llenas del Che y Evita. Los pibes de La Cámpora. Descamisados. Sindicatos, varios. Camioneros. La Corriente Nacional y Popular. El Movimiento Evita. El Frente Transversal. El Frente Grande. El Frente Tierra y Vivienda. El Partido Justicialista. Agrupaciones peronistas. El socialismo de Jorge Rivas. Movimientos religiosos.

Hacen la guardia de honor entre mates y esperanzas.

“Mira esa pintada” me dice alguien, y en una obra en construcción leo “Tiemblen gorilas, hay Kirchner para rato”

Hay una calma tensa, pero tranquila.

La congoja duró hasta saber que todo había salido bien.

Entonces fue el abrazo prolongado. Y el llanto contenido trocó en sonrisas. Y echó a rodar.

Emocionante fue ver al cartonero de una cooperativa de trabajo estacionando su carro sobre la vereda y sacando no se de dónde, un fibrón con el que escribió sobre un blanco cartón: “No te mueras nunca Néstor”

Algunos pibes le pedían que deje el cartón sobre las paredes de la clínica.

Y el cartonero les respondió “me lo llevo en el carro para que lo vean todos”

Y emocionado, y emocionando a todos, siguió con su tarea.

Con la presencia de la militancia, de los vecinos solidarios, de los ministros del gabinete, de la Presidenta y sus hijos, se podría decir que allí estaban los que tenían que estar.

¿Pero no hubiese sido ejemplar para la república que tanto dicen valorar que también estuviesen presentes los opositores?

¿No se presentan a menudo como los cultores de la “no crispación” y los buenos modales para enfrentar la presunta “crispación” del modelo oficial?

¿No saben respetar siquiera una terapia intensiva y siguen injuriando como se hizo ayer?

En contraposición, recordamos a Cristina visitando al ex presidente Alfonsín en sus horas más difíciles.

Estas horas ayudan, si nos proponemos, a desentrañar una buena parte de lo que nos viene pasando a los argentinos.

No todo se explica desde el análisis político racional.

Es en estas horas de preocupación por la salud de Kirchner, que titilan en la oscuridad las luces que trasuntan o la bondad o el odio.

Alcanza con entrar a los portales de los diarios en su versión digital para leerlos.

Con revisar el correo electrónico.

Con escuchar por radio los mensajes cargados de una maldad irreproducible.

Lo denunció Víctor Hugo Morales en su programa de ayer, tratando de abjurar y alejarse sabiamente de semejante calaña.

Es el odio que hace daño, que lastima, que injuria, que ofende, que miente y miente tratando que algo quede en nuestro inconciente colectivo.

Es el odio que alguna vez pintó “viva el cáncer” y “viva la muerte”

Es el odio que destruye lo que los demás construyen.

Viene de muy lejos ese odio.

Generó violencia y muerte en los 200 años de historia que tenemos.

Y si no incendió el país definitivamente, fue porque del lado del pueblo nunca se les respondió con otro odio igual.

Así deberá seguir siendo. Aunque se deje jirones de vida en el camino.

Aunque se pierda una partida o dos.

Es el ejemplo que pedía Néstor Kirchner en la tribuna: “poner la otra mejilla”.

Es el de las Madres y las Abuelas que nunca odiaron sino exigieron memoria, verdad y justicia.

Nunca nos pareceremos a ellos, a los que sólo saben odiar.

El torturado nunca se parecerá a su verdugo. Será superior con su amor a prueba de humanidad. Y seguirá creciendo.

Y multiplicando panes.

O si se prefiere en estos días, multiplicando pingüinos para vivir más libres.



Jorge Giles, El Argentino. 9 de febrero de 2010.
http://www.elargentino.com/nota-76983-Un-ping%C3%BCino-dos-ping%C3%BCinos-muchos-ping%C3%BCinos.html

1 comentario:

Garcia Bissio dijo...

Todos ñoquis como vos que si se enferma el Padrino, tiemblan...

Devolvé las 13 lucas, Giles...