domingo, 7 de febrero de 2010

CARNE QUEMADA

La descarga de 50.000 voltios partió como un rayo de la picana eléctrica que portaba el policía.
El hombre cayó al suelo y empezó a temblar. Tembló una mano, después la otra, luego los pies, después el cuerpo entero, entró en convulsiones, babeaba, vomitaba, los ojos extraviados y corridos hacia atrás, murmuraba algo inentendible, lanzó un alarido y otro y otro. Hasta que se hizo silencio.
El hombre estaba muerto.
Esta escena se multiplicó por cientos de veces provocando la muerte de más de 300 personas desde el 2001 al 2008 sólo en los EE.UU., según la denuncia de Amnesty Internacional.
El arma en cuestión es la picana conocida por el nombre de origen, “pistolas Taser”
Es el último emblema represivo promocionado por Mauricio Macri para dotar de poder “persuasivo” a su policía metropolitana.
El periodista lo reportea y el Jefe de gobierno porteño ríe a placer ante la inquisitoria sobre el arma letal. Acusa de ignorantes y prejuiciosos a quienes dicen semejante pavadas sobre el uso de las Taser.
Y entonces apelamos a la declaración publica emitida por la organización Amnesty Internacional el 29 de julio de 2009, hace apenas 6 meses y que llama a “los gobiernos de todo el mundo para que limiten el uso de Taser y armas paralizantes parecidas, tras las conclusiones de la comisión de investigación Braidwood en Canadá, según las cuales tales dispositivos son potencialmente letales.”
Tras examinar las pruebas procedentes de una gran diversidad de fuentes, incluidos estudios de investigación y opiniones de expertos en cardiología y electrofisiología, el juez Braidwood concluye que las armas de energía conducida, como las Taser, tienen la capacidad de alterar el ritmo cardíaco con consecuencias mortales, incluso en individuos sanos, especialmente cuando los dardos de estos dispositivos se colocan en el pecho.
El peligro de arritmia peligrosa aumentaba en las personas que habían padecido enfermedades cardiovasculares, aquellas con el corazón ya estimulado por dolor o estrés intenso, las personas delgadas, las que llevan marcapasos.
Otro motivo de preocupación para Amnesty es que la mayoría de las personas afectadas no representaban ninguna amenaza grave cuando les dispararon con las Taser.
La investigación se inició tras la muerte del inmigrante polaco Robert Dziekanski en el aeropuerto de Vancouver en octubre de 2007 minutos después de recibir cinco disparos de Taser efectuados por policías de Canadá. Es uno de los 26 casos de muerte con Taser en Canadá desde el 2003.
Lo vimos por la tele ¿recuerdan?
En Estados Unidos se han documentado334 muertes desde el 2001.
Amnesty denuncia que estas pistolas han sido utilizadas por agentes de policía contra escolares indisciplinados, personas desarmadas que tenían perturbadas las facultades mentales o drogadas, simples sospechosos o ciudadanos que discutían con la policía. Ahora preste atención a este dato: las pistolas Taser fueron utilizadas contra los prisioneros que fueron trasladados a la prisión de Guantánamo y en la Brigada 800 de la Policía militar de los EE.UU en Irak, acusada de graves abusos en la cárcel de Abu Ghraib.
Con todos estos antecedentes la sede Argentina de Amnistía Internacional, a través de su directora ejecutiva, Gabriela Boada, efectuó una presentación ante el gobierno porteño solicitando suspender el uso de las Taser.
Primero el Fino Palacios, el acusado de espiar a los familiares de las víctimas de la AMIA y tener participación en la masacre de Plaza de Mayo al final del gobierno de la Alianza, “el mejor policía”, según Macri.
Después, el espía Ciro James. Después Chamorro. Después Abel Posse y su incestuoso vínculo ideológico con los genocidas de la última dictadura.
Ahora Macri, Montenegro, Burzaco y las Taser en el horizonte.
En el origen de nuestra memoria están los miles de torturados por la dictadura y los 30.000 desaparecidos.
¿No será que están enviando desde la derecha un mensaje de terror a la sociedad?


Jorge Giles. El Argentino. 7 de febrero de 2010.

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