jueves, 24 de septiembre de 2009

UNA CARICIA AL ALMA

Fueron las palabras que utilizó la Presidenta argentina para valorar el mensaje del Presidente de los EE.UU., Barack Obama, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, convocando a la paz y el entendimiento entre Israel y Palestina.
Cristina condenó con toda dureza y claridad al golpe cívico mediático de Honduras, que por estas horas reprime a su pueblo, corta la luz de la Embajada argentina y ataca a la Embajada de Brasil donde está refugiado el Presidente constitucional Manuel Zelaya.
Reclamó nuevamente al gobierno iraní por el esclarecimiento judicial del atentado a la AMIA.
Finalizó su discurso, reafirmando la bandera de la democracia, la vigencia de los derechos humanos y el multilateralismo efectivo entre todos los países, sean ricos o pobres.
La Presidenta se mueve como pez en el agua en este contexto internacional, signado por las consecuencias de la crisis global.
Corre con la ventaja de presidir un Gobierno que arrancó temprano en la tarea de enfrentar las primeras oleadas del tsunami neoliberal, en el 2001 y el 2002.
Cristina señaló en sus conferencias que, desde la gestión del Presidente Néstor Kirchner en adelante, el país recuperó el rol primordial del Estado en los asuntos públicos que conciernen a la vida y la suerte de los ciudadanos, dejando atrás una era de hielo en que el dios mercado y el poder financiero destrozaron los ahorros, la producción y el trabajo de los argentinos.
La agenda presidencial en los EE.UU. está cargada de reuniones con empresarios, académicos, presidentes de países amigos, como España y México, y se aumenta con los pedidos de audiencia que recibe la Embajada argentina por parte de importantes personalidades.
Junto a otros presidentes de la UNASUR, la Presidenta se reunió con Clinton y compartió un almuerzo con Obama.
Esta Asamblea, indica que el mundo está girando alrededor de más democracia.
Y que Argentina está más inserta que nunca en la nueva agenda mundial.
Seguramente, se tardará un largo tiempo antes que el envión inicial adquiera un ritmo sustentable, duradero y previsible.
Escuchar a Obama exaltar el multilateralismo y definir sin ambigüedades, que son ellos, los países más desarrollados e industrializados, quienes más daños causaron al medio ambiente, es una muestra cabal de los cambios que se avecinan.
Mientras tanto, la nueva Ley de Comunicación de la democracia avanza, generosa, en el Senado de la Nación.
A propósito, ¿se acuerda de ese dúo imperdible que una vez conformaron Jorge Luz y Jorge Porcel, haciendo el exitoso programa de TV, "La Tota y la Porota?"
Eran dos vecinas muy chismosas, que se la pasaban criticando a quien se les viniera en ganas. Cuando no acertaban en encontrarle fisuras a la víctima circunstancial, sus chismes rondaban sobre la pintura de uñas que usaba, la cartera y el vestido que lucía, etc. Eran muy graciosos.
Pero, que haya dúos de pretendidos analistas políticos televisivos, repitiendo aquel guión, es una falta de respeto a los cómicos argentinos.
Algunos aparecen en las pantallas una vez por semana y otros, todas las noches. Es una pena que trunquen el prestigio profesional que, quizás, se merecen por méritos propios, en el afán de defender apasionadamente al monopolio de Clarín o el de De Narváez, Vila y Manzano; en definitiva, empañan su carrera defendiendo la ley de la dictadura y los poderes económicos corporativos.
Con el nuevo gesto de amplitud del bloque oficialista, girando el Proyecto a cuatro comisiones, los opositores ya no tienen argumentos basados en los procedimientos democráticos para oponerse.
Claro, nada los conforma, por que sólo tratan de dilatar el debate hasta el infinito, si les fuera posible,
Ahora sí se mostrarán, impúdicamente, como defensores de los monopolios, en el último intento de ganar en un artículo todo lo que llevan retrocediendo con la Ley en general. Desconcierto opositor total.
Que nos gobierne un proyecto de nación, esa sí que es otra caricia al alma.


Jorge Giles. El Argentino. 24.09.09

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