lunes, 7 de septiembre de 2009

UN TIGRE DE PAPEL NAUFRAGA SOBRE EL RÍO


La derecha más injuriosa y ladina, es la que pierde poder.
Un poder como el que tienen los medios de comunicación que aquí gestaron y defendieron todos los golpes de estado.
Las fotografías que ayer publicó el diario dominical Miradas al Sur conmueven por su elocuencia y por remitirnos a la hora de nuestros mayores dolores.
En ellas se ve al dictador Videla con la directora de Clarín, brindando sonrientes tras la vil entrega de la empresa Papel Prensa.
Las respectivas notas de Eduardo Anguita y Daniel Cecchini describen con precisión histórica el matrimonio mal habido entre los genocidas y el monopolio mediático. Mientras unos se encargaban de torturar, desaparecer y asesinar, los otros producían el relato legitimador del terrorismo de estado. Hay que guardar en la memoria estos textos.
Siempre fueron así los escribas del poder.
Cuando se quedan sin argumentos para defender sus intereses, desempolvan el “Manual de ataques contra los gobiernos democráticos que no se subordinan al orden establecido”.
Allí aprenden y enseñan que deben atacar la moral y las conductas privadas del oponente, por que es una manera de debilitar la moral del pueblo.
Aprendieron con Goebbels que “una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”.
Del lado de la justicia, un viejo texto bíblico dice “Si atacas al poderoso, te llevarán a la plaza pública hasta que pidas perdón”. Y dice más, “si no te rindes, si enfrentas dignamente al que se cree dueño de la vida humana, se abrirán los cielos para bendecirte, pero la lengua venenosa del diablo te quemará la espalda”
El poder del monopolio mediático es esa lengua venenosa que nos quema a todos los que queremos vivir en paz, dignamente, en democracia, con entera libertad, sin mordazas ni censuras.
Hipólito Irigoyen fue echado de la presidencia por un golpe militar, antecedido por la metralla de los diarios y revistas de su época. No lo acusaban de querer ampliar la democracia, como pretendió el mandatario radical elegido por el voto popular, sino lo ridiculizaban por su parquedad, por su mutismo, por el vaso de licor con que acompañaba sus solitarias cenas, por sus amores ocultos, por sus presuntas riquezas escondidas, fruto de la “corrupción” de su gobierno.
Cuando entraron a su casa, luego de su muerte, sólo encontraron una cama, una mesa, un par de sillas. Una forma de vivir.
Ya estaba condenado de antes por la oligarquía que lo combatió satirizando su figura de “peludo”.
Juan Domingo Perón tuvo que recorrer un mismo calvario mediático, acusado de tirano antidemocrático por quienes integraron los “comandos civiles” de la “revolución libertadora” de Aramburu y el almirante Rojas, que detuvo, torturó y fusiló a centenares de compatriotas por el sólo delito de ser peronistas.
No confesaban que echaban a Perón por la justicia social, la independencia económica y la soberanía política.
El golpe cívico militar de 1955 destrozó la imagen de Evita y Perón por “la tiranía pedagógica”, por la “corrupción” del oro abarrotado en los pasillos del Banco Central y otra sarta de sandeces e infamias.
Con Frondizi y con Arturo Illía pasó otro tanto. Al primero lo fueron cortando en tajadas hasta acabar con él.
Al segundo lo bastardeaban con el mote de “tortuga” por su ineptitud. No decían que le dieron el golpe por que cuestionó a los laboratorios extranjeros y se opuso a la política imperial del golpe de estado en Santo Domingo y de ahí en más, en toda América Latina.
Igual intentan hacer en nuestros días.
La línea de ataque mediático contra el Gobierno nacional, los legisladores del oficialismo, los dirigentes de la centro izquierda liderados por Néstor Kirchner, son de la misma afrenta de aquel “viva el cáncer” que pintó la oposición gorila cuando Evita pasó a la inmortalidad.
Están irascibles, intolerantes, histéricos, desconcertados.
“Es que esta vez no se rinden”, se los escuchó decir, desorientados.
Acostumbrados al lujo de un crucero, temen naufragar como aferrados a un madero que flota sobre el ancho río.


Jorge Giles. El Argentino. 07.09.09
http://www.elargentino.com/nota-56923-Un-tigre-de-papel-naufraga-en-el-rio.html

1 comentario:

Mai Puvin dijo...

Y quiero ver el naufragio... ahí estará todo el pueblo, como antes, como siempre defendiendo lo que es nuestro.

Te confieso que la foto me provocó náuseas.

Un abrazo y siempre un placer leerte!