miércoles, 30 de septiembre de 2009

HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

El poderoso monopolio de las comunicaciones se quedó sin argumentos el día que la Presidenta, los diputados oficialistas y distintos bloques opositores, acordaron introducir al texto original, todas las modificaciones y aportes que impulsaban los actores sociales involucrados en la construcción participativa de la Ley de Comunicación de la democracia.
Les queda el meneado latiguillo de los “derechos adquiridos”, del que nos ocuparemos luego.
Pero los cortes de calles y avenidas, protagonizados por movimientos piqueteros, terminaron siendo ayer la más eficaz resistencia al que apelaron los multimedios contra la Ley.
La cobertura mediática con tono dramático que realizaron, metía miedo contra la población, advirtiendo “el caos que generan las políticas oficiales” y ya que estamos, con el agregado de que “estos piquetes suceden en el momento que se trata de imponer la “ley K” de medios”.
¡Bravo muchachos! Le están dando una buena mano a quienes intentan frenar el avance de las políticas democráticas que impulsa Cristina. Lo que con las cacerolas de la Recoleta no pudieron, buscan lograr con los cortes intempestivos de circulación.
Y esto no implica de modo alguno negar la legitimidad de los conflictos.
Pero hay que decir que muchas de estas agrupaciones le pusieron la pimienta “izquierdista” al conflicto de las patronales rurales el año pasado.
Recomendamos la más perfecta caracterización que al respecto dibujaran ayer los humoristas Paz y Rudy en el diario Página 12.
En una entrevista le preguntan a Vilma Ripoll “¿su agrupación apoya a los trabajadores de Kraft?” Y el dibujo femenino responde “Sí…en un mundo con tantas injusticias, buscamos un poco de equidad” “¿Cómo?” pregunta el periodista. Y la dirigente concluye “El año pasado estuvimos con la Mesa de enlace…este año nos toca con los obreros”
Los comentarios que sobre “el caos piquetero” hacen los voceros del monopolio son de manual. Se sintetizan en la línea de que “el Gobierno, en lugar de estar crispando a la sociedad con una ley de medios, debería ocuparse de estos cortes”
La riqueza de una acción política, social o cultural, no se expresa tanto por las respuestas que conlleva sino por las preguntas que provoca.
Es lo que viene pasando con la Ley de Comunicación que debate el Parlamento.
Agotados todos los argumentos sobre las formas y el contenido del texto enviado por el Poder Ejecutivo, aparece con total desnudez que están discutiendo un asunto de plata, de dinero, de intereses económicos, de ganar tiempo para licuar la ley hasta volverla trampa.
Los derechos adquiridos que previó el constitucionalista lo son para aquellos derechos que son vitales para la educación, la salud, la vivienda, la jubilación, el empleo y la propiedad privada en tanto no resulte invasora o negadora de otros derechos amparados en la justicia social, la democracia, la libertad.
Todas las injusticias del mundo fueron “derechos adquiridos” alguna vez. El colonialismo y la esclavitud fueron legales hace un siglo atrás. El derecho al tormento fue legal. El genocidio cultural de nuestro continente se transformó en un millón de cuerpos jurídicos que habilitaron “derechos adquiridos” de los conquistadores. Los monopolios y los oligopolios lo fueron también. La apropiación y el secuestro del fútbol televisado, ídem. Las AFJP y la mayoría de las privatizaciones espurias del neoliberalismo constituyeron “derechos adquiridos” de los privatizadores.
La ocupación pirata de nuestras Islas Malvinas, es defendida por sus habitantes y el reino inglés por semejante “valor legal”.
Con estos falaces argumentos la humanidad no hubiese avanzado ni un milímetro hacia la plena justicia de los pueblos.
El mayor tiempo que reclaman es equivalente al tiempo que les demandará transformar la ley en una nueva trampa para seguir monopolizando por los siglos de los siglos.
Se dijo en la Audiencia. O votan con el pueblo. O votan con el monopolio y la dictadura. El senador está optando.

Jorge Giles. El Argentino. 30.09.09

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