lunes, 20 de julio de 2009

AMIGOS Y ENEMIGOS, SIEMPRE


Mariano Grondona acaba de difundir algo así como el “Comunicado 150 bis”.
El medio utilizado para difundir su proclama, como no podía ser de otra manera, fue el diario mitrista “La Nación”. Ayer nomás.
En esta parte del mundo, las derechas no se distinguen por su actitud democrática y conciliadora. Dividen el mundo entre amigos y enemigos, siempre.
Son profundamente antidemocráticas y violentas, sesgadas en sus análisis, voraces y salvajemente individualistas. No conocen el pudor de quienes se equivocaron una vez atentando contra la vida, contra la sociedad, contra la paz, contra la democracia y la Constitución. Vuelven a la carga toda vez que encuentren un ángulo de disparo en la mira de sus metrallas de odio.
No consideran siquiera como equivocaciones, haber sido el coro mediático de las dictaduras genocidas.
Esa derecha nunca se arrepiente de sus crímenes, ni de sus alabanzas a los criminales. La autocrítica, lo dicen ellos, es cosa de la izquierda y de esos incorregibles peronistas que no dejan de nacer y reproducirse.
¿Qué dijo ayer el autor del primer “Comunicado 150” del golpe de estado de Onganía que derrocó al Presidente Arturo Illía?
Llamó “dictador” al ex Presidente Néstor Kirchner.
Justamente a él, que recuperó el imperio de la memoria, la verdad y la justicia, haciendo que la política de los derechos humanos sea una política de estado. El que descolgó los cuadros de los dictadores construyendo un símbolo elocuente de una democracia que se honra a si misma cuando desprecia al terrorismo de estado.
Igual que hizo con la Esma y La Perla en Córdoba.
Ese Presidente Kirchner es el que dijo ante el mundo, en la Asamblea de las Naciones Unidas, que sentía orgullo de sentirse hijo y nieto de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. Jamás, durante su presidencia y la de su esposa luego, la actual Presidenta de la Nación, se le pasó por la cabeza ordenar, sugerir o recomendar siquiera, reprimir a los trabajadores, a los movimientos sociales, a los opositores, a los maestros, a los patrones del campo, como Grondona. Este escriba privilegiado durante la dictadura de Videla, reconoció que bancaba las muertes y el fascismo de Pinochet, pero sólo lo indignaban las cuentas secretas del dictador chileno en Suiza.
A fines del 2008 comenzó a arengar a la posición para derrotar a los Kirchner en el 2009 sin esperar el 2011 y estimuló el recambio de Cristina por Julio Cobos junto a Hugo Biolcatti, el presidente de la Sociedad Rural.
Ese señor de buenos modales, como su pareja literaria en “La Nación”, es el que hoy difunde la nueva proclama.
Todo indica que Grondona y la derecha nativa, cometen dos graves errores de apreciación conceptual: Sostener que el dialogo es puro “tacticismo” del Gobierno y que el proyecto nacional y popular que conduce Néstor Kirchner está derrotado.
El dialogo es una política tendiente a transitar una etapa de equilibrio democrático entre las principales expresiones de los modelos de país que disputan la hegemonía desde hace doscientos años en la Argentina.
Dialogar es el aporte del gobierno democrático para impedir cualquier transito caótico, violento y doloroso para la sociedad.
Es necesario que la oposición verdaderamente democrática, valore esta decisión, la enriquezca y la complemente, en la convicción que el Gobierno, leyendo correctamente el mensaje de las urnas, escapa a gobernar con más antagonismo social.
¿Ganar tiempo para qué? Se sabe que después de diciembre el oficialismo tendrá menos diputados y senadores. Sin embargo es ahora que dialoga, no después de diciembre. Y no sólo porque sucedió el resultado electoral, sino por que ahora hay oposición partidaria. Sin propuestas, con fisuras, contradictoria, pero oposición al fin.
Antes, ¿con quién habría que dialogar?
Que nadie se confunda, por respeto a la historia. No está el “grupo sushi” en la Casa Rosada ni está De la Rúa. Está el peronismo y el proyecto nacional y popular que conducen Cristina y Néstor Kirchner; es decir, una buena parte de la historia argentina.
Por lo tanto, los ex “comandos civiles” como Grondona, deberían ser más prudentes y respetuosos, ayudando a cuidar el dialogo y la democracia.
No vaya a ser que las brasas del fuego que estimulan, les reserve viento en contra.



(Jorge Giles. El Argentino. 20.07.09)
http://www.elargentino.com/nota-50115-Amigos-y-enemigos-siempre.html

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Tiene ud razon.
El Estado no deberia usar la represión nunca.
Este Gobierno y el anterior no la usaron jamas.
¿Alguien lo reconoce?
Seguramente dirian: Pero claro, si ningun Gobierno debe reprimir, ¿por que habriamos de reconocer como algo bueno a algo que hay que dar por obvio?
Porque los Gobiernos anteriores reprimieron. Y el del Turco hizo mas que reprimir. Para mi hay varias, muchas muertes sospechosas.
Entonces para si hay que reconocer que el Gobierno no reprime.
Deberia ser una enseñanza para todos.
Pero, en la percepcion publica, ya esta instalado que los K son hegemonicos, dictadores, soberbios y autoritarios.
HDP...

CEH dijo...

Muy buena nota compañero Giles