viernes, 5 de junio de 2009

UN ELEFANTE ROSADO CAMINA POR FLORIDA


La oposición es una balsa de náufragos a la deriva. Parecieran haber perdido todas las brújulas y no contar entre ellos con alguien que sepa interpretar el sentido de los vientos.
Sólo actúan por la negativa y en estado de discordia permanente.
¿Qué hacen las editoriales de los medios opositores para disimular este naufragio de sus candidatos afines? Emplean la táctica del ocultamiento o disimulo de un elefante rosado caminando por la calle Florida; es decir, llenan la calle con decenas de elefantes rosados. Entonces titulan, por ejemplo, “se recalienta la campaña”, y meten a todos los candidatos en la misma bolsa, oficialistas y opositores, dialoguistas y violentos.
Por un sentido de elemental objetividad tendrían que titular “se recalienta la oposición”, no la campaña.
A la luz de los distintos sucesos públicos que ponen al desnudo la orfandad de proyectos opositores y este eterno estado de conflictos internos que los abruma, intentamos entender este extravío opositor que empobrece el debate de ideas que esperamos hasta hoy vanamente.
El oficialismo debate mostrando lo que hizo y hace el Gobierno nacional, pero ¿qué muestra la oposición en cambio?
Las encuestas, en su inmensa mayoría, coinciden en señalar el estancamiento en la intención de votos a Francisco De Narváez en la provincia de Buenos Aires, el techo alcanzado por el Acuerdo cívico radical de Carrió y Stolbizer y el crecimiento permanente de la candidatura de Néstor Kirchner y Daniel Scioli.
Esta realidad golpea sobre el flanco más débil de la oposición, es decir su andamiaje programático, su pasado reciente y su falta de propuestas alternativas. Por eso, en lugar de recuperar terreno con ideas, persisten con la retahíla de agravios y tirando manotazos en la oscuridad.
Agotaron su tiempo hasta ahora disparando a mansalva contra las presuntas “candidaturas testimoniales”. No pueden escapar de sus propios fantasmas del pasado y sin pudor alguno, judicializaron hasta el hartazgo la disputa política democrática.
No entienden que es bueno para la salud de la democracia que a la hora de competir legítimamente en las urnas, todos pongan la cara, el cuerpo y el alma.
Hay que preocuparse cuando los gobiernos son manejados por poderes ocultos, no cuando los dirigentes políticos se exponen defendiendo un proyecto de país.
Después intentaron convencer que Hugo Chávez no sólo es un diablo sino que además es argentino y para colmo de males, es kirchnerista. Un absurdo total.
Metieron de manera vergonzosa la cuestión referida al uso de “La marcha peronista” y su prohibición a cantarla. Terminan siendo una parodia del decreto de Aramburu que prohibía exactamente lo mismo. Estamos en democracia y en un país donde el pueblo es el único propietario de su propia historia, de sus luchas, de sus himnos, de sus alegrías.
Empezaron a rodar las denuncias de “posible fraude” y de entrega “sospechosa” de documentos de identidad.
En este siglo XXI hay un millón de ojos posados sobre el escrutinio. La mitad de ellos son opositores. El falso fraude es sólo un artilugio de campaña para ir anestesiando una probable derrota. Es sólo eso. Ellos lo saben.
Todo lo que sea veloz pareciera apabullarlos, pero tendrían que ponerse en onda para no seguir retrocediendo. Lo decimos particularmente por los DNI que se están entregando con nuevos instrumentos de digitalización.
Quizás ahora, como parte de estos dispositivos opositores, aparezca el titular de algún medio tradicional mintiendo sobre un eventual empate en la provincia, favoreciendo de este modo a De Narváez.
Nadie les creerá, del mismo modo que nadie cree las constantes desmentidas sobre sus rencillas internas.
En medio de este naufragio opositor, un tal Pettinato ofendió a Hebe de Bonafini, la Madre mayor de Plaza de Mayo, ofendiendo así a miles de ciudadanos, bastardeando la memoria de este pueblo y cometiendo lisa y llanamente una afrenta contra los 30.000 dolores que siguen comprometiendo a todos los argentinos de buena leche.
La memoria no se mancha. Aunque muchos pretendan hacerlo desde un canal de televisión.

(Jorge Giles, El Argentino. 05.06.09)

1 comentario:

Monikucha dijo...

¿Qué otra cosa se puede esperar del canal del colombiano?