martes, 9 de junio de 2009

NO HAY MEJOR DEFENSA QUE UN BUEN ATAQUE



Algunas noticias impactan tan fuertemente por su contenido y por su velocidad que terminan por obnubilar otras noticias que van en dirección favorable al desarrollo de la nación y el pueblo.
Que el juez Faggionato Márquez citó a declarar a Francisco De Narváez por la causa donde se investiga el tráfico de efedrina y el candidato diputado adelanta que lo recusará.
Que la oposición política de derecha, en sus dos versiones, la alianza cívica radical y el macrismo menemista, salió corporativamente a desautorizar al mencionado juez, defendiendo al millonario empresario.
Que la gestión como gobernador de Felipe Solá es investigada por presuntas irregularidades, acusado de haber entregado “vehículos blindados” a la policía bonaerense que no resultaron tales. Es de tal gravedad la denuncia, que si esto se comprobara, se explicarían algunas muertes de agentes policiales resguardados inocentemente en móviles de hojalata que terminaron siendo una trampa mortal.
¿Se acuerda lo que se decía en los días posteriores al anuncio del adelantamiento de la fecha de las próximas elecciones? Decían que el país se iba a paralizar por la campaña electoral, que nada podría funcionar normalmente, ni la justicia actuar ni el gobierno gestionar.
Y vemos que, lejos de suceder lo previsto por los opositores, el país sigue su marcha en medio de la crisis que aqueja al mundo entero. Esta es la única realidad.
Sería una buena noticia que los que tengan cuentas pendientes con la justicia, procedan desde la conducta cívica que se les exige a todos los ciudadanos, sea cual fuere su condición social.
¿O algunos políticos se creen que tienen coronita porque son millonarios o porque son candidatos? Es la justicia la que actúa. Punto y aparte. En buena hora que haya un proceso de transparencia sobre cada uno de los candidatos electivos. ¿Acaso usted no averigua por la procedencia del trabajador albañil o el plomero que ingresará en su casa a realizar un trabajo?
Si la ley es pareja para todos, las conductas sociales también deberían medirnos a todos con la misma vara, y con mayor rigor a los que van a ingresar a la casa mayor de las leyes, que es el Parlamento nacional.
Nadie puede abrir juicio sobre ninguna persona; todos son honorables, salvo que alguien demuestre lo contrario. Pero los políticos de cualquier signo deberían ser los primeros en someterse a la justicia para demostrar que están libres de culpa y cargo ante la más mínima sospecha sobre su honorabilidad.
Cada proyecto de país viene con el envase que le corresponde. Y con sus mentores y referentes públicos.
Uno se parece a su destino. La fiesta menemista fue una fiesta para los funcionarios que se enriquecieron a costas de los innumerables hechos de corrupción cometidos durante los años noventa. Con total obscenidad, muchos de ellos se dejaban fotografiar en su condición de nuevos ricos mientras la desocupación y la pobreza crecían a niveles sin antecedentes. Luego, en la corta etapa aliancista, el presidente radical no vio, no escuchó, ni olió la pólvora de los gases lacrimógenos y los disparos de armas de fuego con que la represión de su gobierno mataba decenas de argentinos mientras él huía arriba de un helicóptero.
Después de estas tristes experiencias, ¿no es bueno acaso que conozcamos a cada candidato por lo que hace, antes que por lo que dice? Creemos que sí, sin ponernos a juzgar absolutamente a nadie. Pero el “que se vayan todos” del 2001 valió como un angustiante reclamo social contra la corporación de la vieja política, esos señores que amoldan su discurso de novedoso como parte del cotillón de campaña, pero ante la primera citación judicial, emplean la táctica futbolera que dice que “no hay mejor defensa que un buen ataque”.
En un plano opuesto, que la Presidenta de la Nación recibiera los primeros aviones Boeing que engrosarán la flota aérea de nuestras Aerolíneas Argentina, que anunciara que el Canal 7 transmitirá todos los partidos que juegue nuestra Selección de fútbol antes y durante el Campeonato mundial del 2010 e inaugurara una planta de agua potable para el pueblo formoseño, es parte de la discusión del modelo de país que vamos a elegir los argentinos en apenas un puñado de días.


(Jorge Giles, El Argentino. 09.06.09)

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