lunes, 27 de abril de 2009

MEMORIA DEL FUEGO

Nuestra Presidenta hoy será la anfitriona de un encuentro con la historia. Los presidentes de Bolivia y el Paraguay, Evo Morales y Fernando Lugo, recibirán de sus manos la Memoria Final de la demarcación de límites entre ambos países. Será la última página de una tragedia impuesta por las potencias económicas hace 70 años y que provocó la muerte de casi 100.000 personas en la llamada “Guerra del Chaco”.
Augusto Roa Bastos con su “Hijo de Hombre” y Memoria del Fuego, de Eduardo Galeano, testimonian este dolor americano.
Nuestra América Latina está surcada por guerras que no le pertenecen, impuestas siempre por el poder económico.
La guerra del caucho, la del cacao, la del café, la del agua, la del petróleo.
Campos de batalla donde lucraban los poderosos de turno y perdían los pueblos, derramando su sangre.
Así fue siempre, hasta ahora.
Quiso la historia que, en momentos en que se derrumba a nivel mundial un modelo neoliberal injusto, nuestros presidentes se muestren abrazados en la misma comunión de intereses solidarios.
Habrá que armonizar la cuestión nacional de nuestros respectivos pueblos, con nuestra condición humana. Para que la América del Sur esté unida al alma profunda de este continente que liberaron San Martín y Bolivar.
Este camino de unidad y paz está y seguirá estando en riesgo mientras queden en pie los mismos intereses que originaron nuestras mayores desdichas. Se equivocan los que pretenden clausurar la historia.
La historia es un ejercicio de voluntad permanente, y es por eso que siempre estará en disputa el sentido de la misma.
O ganan los que nos llevaron a las guerras fratricidas, a la exclusión de los más humildes, al sometimiento de nuestras soberanías a los países centrales, o ganan los pueblos.
Hoy todo está más claro. La derecha, atendida por sus propios dueños, muestra las hilachas cuando se desespera. Los editores políticos de Clarín y La Nación, ayer se dedicaron a querer armar las listas del oficialismo. Ya no tienen vergüenza. Como no pueden unir a sus amigos de la oposición, se dedican a intentar dividir las filas oficiales, disparando una infamia tras otra.
No pueden negar la fragmentación que sufren, porque a la potencial candidatura de Mauricio Macri para las presidenciales del 2011 se cruzan ahora las de Eduardo Duhalde, la de Reuteman, la de Cobos y la de Elisa Carrió.
Todas están cortadas por la misma tijera del poder económico: el modelo de país del monocultivo sojero y excluyente. Todas tienen puntos de contacto con el menemismo de los noventa y con los dinosaurios de la última dictadura. Ya no engañan a nadie. Son como son. Los confundidos viven por estas horas la angustia del laberinto.
Por ejemplo, un vecino que ayer nos dijo: “Quiero votar contra el gobierno pero no puedo”. Le contesté, con una ejemplar conducta cívica y democrática: “Usted tiene varias opciones para hacerlo”. Y me retrucó: “¿Sabe que pasa? Son todos chorros, mafiosos, narcos, amigos de la dictadura o les falta un tornillo como a la chaqueña platinada”
Seguí mis pasos con un “Ah, piénselo entonces” y no quise decir más nada.
El hombre, era una víctima más del bombardeo mediático que dispara misiles a cada rato contra Cristina, contra Néstor Kirchner, contra los intendentes, contra el modelo de inclusión social. Pero al momento de empezar a decidir su voto, entró en pánico, batallando con su conducta de ciudadano honesto.
Así andamos por estos días. Se hace imposible mantener la imparcialidad porque las disyuntivas son de hierro. A todo o nada. Ahora o Nunca. El corralito de Cavallo o la expansión de la economía al servicio de los que menos tienen.
Lo cierto es que con los presidentes Lugo y Evo Morales en el país, los argentinos tendrán la oportunidad de celebrar la vida y la unidad latinoamericana diciéndoles “Nunca más” a los que provocaron el enfrentamiento entre pueblos hermanos.


(El Argentino. 28.04.09)

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