martes, 16 de septiembre de 2008

Desde La Moneda, América del Sur movió sus damas presidenciales

La historia de las naciones y los pueblos está compuesta por distintas voces, suaves y altisonantes; pero son los murmullos los que construyen la narrativa de los días que serán rescatados como decisivos. Esos murmullos dicen que fue la Presidenta argentina la que desde un perfil templado y prudente impulsó junto a su par de Chile, Michelle Bachelet, la iniciativa que permitió la realización de la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, en Santiago de Chile.En medio de su actividad oficial en la provincia de Chubut el pasado viernes, Cristina Fernández de Kirchner decidió entablar consultas telefónicas con sus pares sudamericanos, particularmente con Bachelet, Lula, Chavez y el propio Evo Morales acerca de la necesidad imperiosa de unificar personería democrática en la hora más dramática de Bolivia y por tanto de la región. Acordada la realización de la Cumbre, la mandataria chilena decidió en su carácter de presidenta pro témpore de Unasur, convocar formalmente a los presidentes a La Moneda.En la construcción del relato circunstancial, no podemos dejar de señalar la coincidencia que construye la propia historia al reunir a los presidentes sudamericanos en defensa de la democracia boliviana, en el mismo lugar donde hace 35 años caía muerto por la dictadura de Pinochet, el Presidente Salvador Allende. Evo Morales arribó a Santiago y en su primer mensaje dijo que asistía a la cumbre para agradecer la solidaridad de los gobiernos de la Unasur y para denunciar que en Bolivia hay un intento de golpe de estado con la participación de cívicos y prefectos de la región conocida como “la media luna” y que reúne a los estados de Santa Cruz, Pando, Chuquisaca, Tarija y Beni. Evo Morales agregó que la violencia desatada contra ciudadanos indefensos en algunos departamentos gobernados por la oposición a su gobierno también se valió de cortes de gasoductos, atentados criminales, tomas de edificios públicos y la masacre perpetrada contra campesinos en la ciudad de Pando.Como telón de fondo del conflicto hay que subrayar el reciente referéndum revocatorio del mandato presidencial y que Morales ganó con casi el 70 % de los votos emitidos a lo largo y ancho del territorio nacional. Asimismo la convocatoria a un nuevo referéndum para diciembre a fin de aprobar la nueva Constitución de Bolivia más la vigencia de la llamada Renta Dignidad que destina parte de los ingresos por hidrocarburos para financiar una jubilación justa, fueron los últimos pretextos del estallido violento por parte de la oposición.Pero en Bolivia quizás más que en el resto del continente, existe un trasfondo histórico que no se debe soslayar. Hay un presidente indígena por primera vez en la historia de Bolivia y de América, hay una política de redistribución de la riqueza en un país inmensamente rico en recursos naturales y una población nativa excluida social y políticamente a lo largo de su historia y hay una derecha antidemocrática y racista. Las imágenes de lujosas camionetas conducidas por cívicos en Santa Cruz y Pando, luciendo abiertamente la cruz esvástica, persiguiendo y castigando a cualquier persona que identifiquen como un colla simpatizante de Evo, son un paisaje cruel que ayuda a entender el fascismo violento del que son portadores. De un lado entonces, los excluidos durante 500 años y del otro, los sectores de mayor poder económico representados por una casta conservadora dominante que tras las banderas de la “autonomía regional” esconden un odio visceral contra los pueblos originarios y el propósito de tumbar las conquistas sociales de su gobierno.No creemos en la hipótesis secesionista de los conservadores del oriente boliviano, esos barones de la soja que en la Argentina tienen de amigos a los ruralistas de la Mesa de Enlace que provocaron el lockout patronal más virulento desde que se recuperó la democracia. Una curiosidad, al paso: algunos de los políticos y sindicalistas que aquí apoyaron a los sojeros identificados con Eduardo Buzzi y la Federación Agraria durante el conflicto, se manifiestan ahora solidarios con el gobierno boliviano que es víctima de los mismos intereses que defienden los ruralistas argentinos. Hasta el propio Buzzi declara su condena a los cívicos que cortan rutas en contra de las retenciones aplicadas. Claro, en Bolivia. Decíamos que los opositores en verdad buscan recuperar el aparato del estado nacional boliviano. El gran problema para lograrlo se llama Evo Morales y su rotundo triunfo en las urnas al que ahora se suman, cual si fuesen un solo actor irrebatible e irrefutable, los presidentes de los países sudamericanos, nucleados en Unasur.En otras épocas más violentas y con democracias muy vulnerables, ante la posibilidad de un golpe de estado, las que se movilizaban eran las expresiones políticas de izquierda y progresistas, los estudiantes, los sindicatos combativos, pero no los gobiernos. El signo de época hoy lo dan justamente los propios gobiernos que se movilizan como uno solo cuando de defender la vigencia de la democracia se trata. No tan sólo para emitir un comunicado de ocasión sino para reunirse de manera directa y analizar incluso propuestas como la chilena de viajar a Bolivia en las próximas horas con una misión representativa de Unasur.Está claro que la Argentina buscará consensuar en Santiago un claro y sólido respaldo al Gobierno de Evo como expresión legítima de la democracia boliviana, sin que ello signifique una intromisión en los asuntos internos de la nación hermana, pero haciendo prevalecer la doctrina de la defensa irrestricta de la democracia, las instituciones y el respeto a la voluntad popular. Todo lo demás es pura cáscara. Lo importante es que se ha iniciado un nuevo tiempo en América del Sur. El tributario hoy es Bolivia pero en definitiva lo somos todos en esta región del mundo decidida a vivir en paz, con inclusión social y plena democracia.Mientras se debate en Santiago de Chile el destino y la suerte de América Latina, causa vergüenza ajena ver en nuestro país a cierta oposición política y mediática comiéndose las uñas pensando sólo en horadar al gobierno nacional, descubriendo valijas hasta en el plato de sopa de sus propios comederos. Son los que angustiados hoy por la caída de las bolsas y el quiebre de bancos en los EEUU, llamaron a este día “lunes negro”, justo el día en que la democracia se ilumina acá cerca nomás, en Santiago de Chile.


(Publicado en BAE, 16/9/08)

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